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Capítulo 43

"Catalina




Continuaba con mi camino.

Como había pensado, la calle no está tan habitada. En estos momentos, estoy cruzando la plaza y presiento que entre los callejones más oscuros y siniestros de la noche hay una bestia esperando por mí. Decido tomar camino por bares; aquellos lugares que huelen a cerveza rancia y se reúnen los amigos a parlotear de chistes malos.

En cuanto terminé de imprimir todas mis investigaciones me sentía contento. 



NARRADOR OMNISCIENTE 



Ethan, más conocido como Damian, terminó con su actividad "extra"; en este plano, sus investigaciones eran el motivo principal que lo impulsaban a la curiosidad y al hecho de adaptarse a un nuevo país. La sonrisa de su rostro a boca cerrada demostraba que estaba satisfecho de mantener imágenes en físico para agregar en su cuaderno, pero claro, debería ocultarlo de su padrino. 

Sin darse cuenta, caminó hasta la plaza, que se encontraba mas deshabitada que en su recorrido de ida. No era habitual que las personas estén tan tarde realizando alguna actividad extra por la plaza. Respiró profundo y se armó de valor mientras su mente repetía: "no pasa nada, no pasa nada, no pasa nada, no pasa nada". 

Necesariamente, debía pasar por aquellos oscuros callejones angostos que podrían ocultar cualquier secreto, persona o... criatura. Tragó saliva con fuerzas para su garganta reseca, y dudó si seguir paso por ahí, su mente recordó aquel incidente que ya lleva días atrás. 

¿Y si ese lobo vuelve a aparecer? ¿Quién era?

Su decisión final fue cortar camino por otras calles, aunque eso implique que puede llegar a perderse en el intento, pero a él no le importaba, si temía porque su presentimiento que sentenciaba el peligro no disminuía, todo lo opuesto, aumentaba. Al andar, apresuró su paso ya que Damian sentía unos ojos puestos en él desde que salio del local donde suele trabajar, y debido a eso, su miedo aumentaba. Manteniendo su visión fijamente al frente y, de vez en cuando a sus costados, sin mirar atras, se colocó la capucha de su campera y sus pasos eran largos y rápidos.  

Lamentablemente, delante de él, el camino no era agradable. 

No se detuvo, nuevamente respiró profundo y sus muecas demostrando asco y las arcadas se hicieron notar, el ardor en su nariz aspiró un aroma particular; sangre y carne descompuesta. Contuvo el aire y salio corriendo con la esperanza de saber que pronto llegaría a casa.


—¡Cof cof! —la tos de una voz gruesa y ruda se escuchó entre la distancia, donde una esquina había contenedores de basura y lobreguez. 


Él debía pasar por esa esquina y continuar pero... 


—Ayúdame —pronunció débil aquella voz, sin dejarse ver de quién se trataba.


Damian avanza a paso lento y desconfiado, tenia en claro que podria tratarse de una trampa. Estaba a tan solo unos pocos metros de llegar y el olor a la podredumbre era inmenso y repugnante, tanto que, no pudo aguantar y cayó al suelo en un intento de vomitar lo que aquel aroma causaba en su sensible olfato. Al levantar su vista y taparse la nariz, un hombre se arrastra entre la oscuridad. Era la figura más estremecedora jamás vista;

El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora