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Capítulo 54

"Las charlas con Gabriel Miller siendo terapeuta"




Al verlo, inmediatamente supe que estaba contactando con Gabriel Miller, el hermano mayor de Damian, nuestro compañero de universidad. ¡Que casualidad! Él lucía una camisa casi ajustada a su cuerpo y esta, estaba desabrochada mostrando un aire de rebeldía, superioridad. Sus cabellos rubios están peinados hacia atrás como si hubiese usado gel para alinearlos. Me invitó a tomar asiento frente a él mientras trataba con unos papeles y jugaba con su lapicera.

Hasta que me diera indicios de iniciar una conversacion, estaba maravillada de lo prolijo, ordenado y precioso que es este ambiente; es pequeño, pero cómodo. Él tiene un favorable asiento con respaldo acolchonado y delante hay dos asientos de plástico blanco, como el suyo. Las paredes también son blancas y lo único que nos separa es una mesa de vidrio con un soporte blanco y no es sorpresa que su escritorio, también sea blanco a excepción de la computadora portátil. Esa si es negra.


—¿Te gusta el estudio? —me preguntó sin mirarme, estaba concentrado en apuntar algo en su ficha.

—¿Ah? Sí, si, la verdad es que estaba pensando que está todo en su correspondido lugar y no hay mucho, solo lo necesario.

—Yo mismo decoro mi ambiente. Eso representa un poco mi personalidad —inquirió ahora sí mirándome y hablando con naturalidad —: una personalidad translucida, sencilla y simple. ¿Te gustaría hablarme un poco de tu personalidad?

—¿Mi personalidad? —pregunto sin saber qué responderle, jugaba debajo de la mesa con mis dedos.

—¿Cómo te consideras como persona? —cuestionaba con una pequeña libreta negra en sus manos —¿Cómo te resumirías en cinco palabras?

—Una persona activa, siento que siempre tengo que estar en constante movimiento. Arriesgada, me fascinan los deportes extremos que se que muchos le temen. Apasionada, leo muchas novelas románticas en mis tiempos libros. Conversadora y demasiado, soy como una maquina de hablar a veces. 

—¿Y tu última cualidad? —esperaba mientras yo pensaba.

—Quisiera decir que soy compañera, pero lo dudo —mi voz sonó apagada al decir aquello y agaché mi cabeza desanimada.

—¿Te gustaría que yo ahora diga mis cinco cualidades? Bueno, comencemos con cuatro —sugirió y al mirarlo, él estaba sonriendo.

—¡Claro! —asentí.

—Como dije al principio, me considero una persona simple, no me agradan los rodeos y las vueltas. Sencilla en todo aspecto, para decorar, para vestir, para hablar. Fiel con mi entorno, mis amistades y familia. Y por último, supongo que soy trabajador.

Una pequeña risilla salio de mi parte: —¿Eso último fue un alago para ti mismo?

—En realidad todo, solo mencioné mis virtudes y es normal —continua hablando y no sé qué tiene pero, le presto más atencion de lo normal —. Cuando una persona se presenta siempre piensa en todas sus virtudes para mostrar la mejor imagen de sí mismo y sorprender a los demás, es muy difícil que alguien mencione uno de sus defectos, pero tú, aunque dudaste nombraste uno. ¿Con qué motivo no te sientes compañera?


Estaba impresionada de cómo pasaba de tema en tema para sacar charla. Realmente lo estaba, siento que es una persona muy habilidosa en su trabajo y estoy segura que él si debe saber cómo manejar las situaciones de su vida, pues no es un veinteañero, es mucho mas grande que Damian. 

Aunque dudo que funcione. ¿Cómo le digo que mis problemas pasan por su hermano y la mía? ¿Cómo le explico sobre mis abuelos y nuestra cultura?


—Es algo complicado.

—No, está bien —explica mostrando su perfecta sonrisa —. Esta es la primera sección que tenemos juntos y no hace falta que seamos directos, podemos hablar de otras cosas. Tu meta al día de hoy es salir de este cuarto un poco más libre.

—Me agrada la idea —enuncié más alentada.


Continuamos hablando de nuestra personalidad. 

Cuando él se dedicaba a hablar, yo estaba dispuesta a prestar atencion a sus palabras pero, en un momento a otro dejé de hacerlo para verlo a él. No podía evitar dirigir mi mirada en su cabello rubio peinado hacia atrás, sus ojos eran amarronados pero con una pizca de verde, apenas leve, una nariz redondeada y sus labios eran... ¿Cómo seria besarlos?

¡NO!


—Hellen, ¿en qué te quedaste pensando? 

 —Perdón, me quedé pensando en algunas cosas. No estaba prestando atención como debería hacerlo —me disculpé apenada.

—¿Segura está todo bien? ¿Cómo estás? —se interesó en preguntar.

—La verdad es que charlar me hizo bastante bien, me hubiese gustado que la hora durase un poco más —agregué diciendo la verdad.

—¿Entonces pasado mañana vas a volver? —preguntó.


Pasé unos segundos pensando en esas expresiones que él solía hacer; lo hacían ver realmente muy sexy, y no solo eso, tengo la leve sospecha de que lo sabe. Gabriel Miller juega con esas actitudes y muecas, como esa sonrisa que posee la cual sabe manipular a la perfeccion.

Lamentablemente, no es el único que siempre jugó así.


—Claro —asiento tranquila y serena, sin mostrar signos de nada —, será un placer volver.






¡Buenas, pelusas de ombligo! ¿Cómo están?

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¡Buenas, pelusas de ombligo! ¿Cómo están?

¿Cooperan con un amor entre Gabriel y Hellen? ¿Están de acuerdo? Me encantaria un montón leer sus opiniones respecto a esta pareja. ¿Qué dicen? #TeamHellenxGabriel . Quisiera saberlo en los comentarios 👉

¡Espero que les haya gustado!


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El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora