Capítulo 57
"La confesión de Ellie y mini Ethan"
Las fuertes palpitaciones me delataban por completo. La persona que tenía frente a mí y cómo la tenía me dejaron pasmada mirando aquella escena; Damian estaba a espaldas de mi presencia, podía notar cómo cada músculo de su espalda se contraía al buscar entre un armario alguna prenda para vestirse.
Apreté con fuerzas la camiseta que tenía de los nervios.
—¿Ellie? —murmuró Damian antes de darse la vuelta y verme allí, inmóvil ante su apariencia —¿Qué haces aquí?
—Y-Yo... vine porque —balbuceaba al intento de hablar —, es que Ariana me dijo que te alcanzara esta remera.
—Gracias —mencionó acercándose a mí y tragué saliva.
Lo tenía frente a mí y yo estaba embobada mirando su cuerpo. No acostumbraba a verlo con el pelo desaliñado pero hoy estaba esparcido de manera indócil cayendo hasta la altura de sus hombros y no quiero ver más su bien marcado pecho y abdominales trabajados, mucho menos cómo cada uno de sus músculos se tensaban al respirar.
—¿Podemos hablar? —musitó él sosteniendo la remera pero a su vez, tomó mi mano y lo miré.
—S-Sí.
—¿Sabes? Tengo que ser honesto contigo —formuló —. Tú eres la primera persona que conocí cuando llegué a este nuevo país, incluso hay cosas que siguen siendo nuevas para mí, pero el saber que a pesar de todo hubo una persona que se animó a hablarme me dieron ganas de seguir. Quiero decir, no quisiera perderte.
—No vas a perderme —susurro tomando su mano.
—Te he notado extraña, perdón el término y —hizo una breve pausa —quisiera saber porqué.
En ese momento mi cabeza analizó la situación.
Tengo dos caminos; uno sería el que la Ellie de siempre acostumbraba a tomar en todas las situaciones, huir, acobardarse, y en este caso, mentirle. Negar que no estoy extraña y que no me ocurre nada malo, son imaginaciones suyas. Tragarme todo lo que aún me duele y seguir adelante. El otro camino es más difícil, pero sé que es el correcto. Y la "nueva Ellie" quiere confesar todos sus sentimientos.
—Es complicado —temblé al hablar y agaché mi mirada. Es ahora o nunca —. Me gustas, Damian.
No puedo creerlo.
¿Realmente me animé a confesar eso? ¿Aquellas simples palabras salieron de mi boca? Vamos, no puedo parar ahora mismo, no puedo. Sé que hay más dentro mío, sé que tengo que soltar todo lo que está en mi interior y esta es mi oportunidad, debo ser prudente con mis propias oraciones.
—Damian —vociferé ahora sí mirándolo —, al principio no sabía si me gustabas o no, realmente disfruto de tu compañia y amistad. Sé que estuve rara, no voy a negarlo, y eso se debe a que te vi besar a mi hermana.
Me animé. Me animé a confesar lo que más me dolía.
—¿Nos viste a mí y a Hellen en la plaza aquella vez? —interpeló asombrado y con pena, aun seguía sosteniendo mi mano.
—Sí, y sé que Hellen también está enamorada de ti, es por eso que me costaba verlos juntos —anuncié —. Perdón por mi mal trato, no tienes la culpa de nada.
—Ellie, yo también estoy confundido —destacó Damian y eso me obligó a mirarle a los ojos, ellos son tan sinceros.
—¿Qué quieres decir? —intercepté.
—Aquella vez Hellen me besó y sí, es verdad que le correspondí el beso pero eso me hizo confundir. Yo no sé si realmente me gusta ella como para formar algo, en realidad siento que no es para mí. Yo pienso en otra persona.
—¿Otra persona?
La mano libre de Damian comenzó a tomarme del rostro con sutileza, estaba tan cálida que al sentir su contacto, cerré los ojos. La mano que sujetaba mi mano ahora encaminó, primero con sus dedos, explorando mi cintura para luego, dejarla ahí. Todo lo hacia lento y con calma y admito que no quería que se detuviera, y a su vez, sabía que esperaba mi aprobación para todo y, sólo él, la tenía. Sentí su respiración muy cerca de mí y hasta presenciaba cómo se agachaba para después terminar apoyando sus labios sobre los mios.
No se lo negué. No se lo discutí.
Lo besé porque yo también anhelaba hacerlo, y parecía un sueño. Mis manos también quisieron explorar su cuerpo y tomé sus firmes y fuertes brazos, masajeándolos de arriba a abajo con la yema de mis dedos y luego rodearon su nuca para besarlo con muchas más fuerzas.
Cuando nos separamos para tomar un poco de aire, no nos miramos pero él se acercó a mi oído.
—No sabía porqué razón no paraba de pensarte —confesó —, puede que también me gustes.
Ahora sí nos miramos pero no emitimos una sola palabra, ambos ya nos confesamos y dijimos lo que teníamos que decir. No eran necesarias las palabras porque luego de su declaración, seguimos con un segundo beso.
¡Buenas, pelusas de ombligo! ¿Cómo están?
No hay nada para acotar, estoy contenta de que por fin se haya dado uno de los momentos que más ansiaba escribir porque, como muchos ya sabrán, soy de la preferencia del #TeamEllie y estoy muy orgullosa de este momento 😍
¡Espero que les haya gustado!
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El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un final
Hombres LoboEsta es la SEGUNDA PARTE de: El Alpha de las tinieblas Esta historia contara los nuevos caminos que deberá tomar mini Ethan. Una nueva generación se aproxima y con ello, nuevos misterios y secretos esperan a ser revelados. Una historia que te envol...