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Capítulo 104 (ANTEULTIMO CAPÍTULO)

"El rescate: Luca entre las cuerdas"




Gabriel avanzaba en la delantera, Hellen le seguía el rastro. Por detrás Ariana, y a lo último Owen. Hellen se detiene en su lugar, sentándose. Ariana la mira extrañada al igual que Owen por su repentina actitud y al percatarse, Gabriel también lo hace. 


—¿Estará bien? —se preguntó Hellen mas para si misma que para el resto de sus acompañantes. 

—Ella es una persona valiente y mega capaz —asintió Ariana acomodándose como podía a su lado —. Ademas, lo hace por Damian. Bueno, Ethan. Aún no me acostumbro, —negó con una sonrisa —el punto es que yo sí confío en Ellie. ¿Tú lo haces?

—Es que no conoces nada de nosotros, ni de la fuerza que conllevamos. Ni siquiera ese tal Luca —respondió con angustia.

—Es verdad, no lo sabemos todo de ustedes, pero lo estamos asimilando —inquirió Owen —, ¿sabes? Soy uno de ustedes ahora, o algo por el estilo. No es fácil entenderlo pero estamos aprendiendo. Tal vez tú deberías aprender a confiar en tu hermana y en su fortaleza. Tal vez ese "lobo" que lleva dentro suyo es su mejor virtud. 

—Owen tiene razón, cariño —habló por primera vez Gabriel —, tranquila. 



NARRA HELLEN



No es eso.

Confío en ella, pero es normal que me preocupe por su bienestar. Intentan tranquilizarme pero me siento inquieta, con ganas de darme la media vuelta y regresar en busca de mi hermana y también del bobo de Ethan, que se sacrificó de forma inútil. ¿Realmente era necesario lanzarse así? En fin, necesito seguir mis instintos. 


—Lo siento —suspiré intranquila —, no puedo continuar. Debo ir tras ella. 

—Yo voy contigo —levantó la mano Ariana sin pensarlo —, mientras que Owen continúa con el señor.

—Gabriel, por favor —apuntó mi rubio —. Hellen, si seguimos llegaremos a un final. Juntos podremos dar con una entrada que nos lleve a posibles respuestas. Si te separas, será más complicado volvernos a unir. Sin mencionar que ahora debemos encontrar a dos personas. Ellie y el mocoso. 

—Está bien —concluyo. 


Continuamos con el camino.

En ese aspecto, él tenia razón pero había algo en mi interior que rugía. Como si otra mitad mía me indicara que me transforme, salga disparada a quien sabe donde y sea arriesgada. Tan arriesgada como siempre lo fui. Como me gusta serlo. Mi lucha interna era áspera. Me dolía tanto el deseo de hacer lo opuesto a lo que requería inteligencia que mis brazos comenzaron a temblar. 

Entonces fue cuando lo presentí. 

Estabamos pasando por varias habitaciones y vimos una en la cual fue inevitable detenernos. Por el espacio tan angosto, solamente alcanzamos a ver tal escena Gabriel y yo; era una gran habitación, muchos hombres —o quizá también mujeres— vestidos de blancos (como científicos), convirtieron el lugar en un enorme laboratorio a medias. No era un verdadero laboratorio. Faltaban cosas. Sin embargo, había varias muestras de sangres con papeles que seguramente indicaban nombres y apellidos de personas, órganos en frascos y... ¡¿Eso es un maldito cuerpo humano?!

El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora