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Capítulo 24

"¿Ellie, me perdonas?"




La noche llegó y no podía quedarme a jugar a ser un detective y tampoco lo tenia en mente. Gabriel se encargó de dejarme en claro que quería a cierta hora que ya estuviera en casa, sobre todo si se trata de horarios nocturnos. Yo estaba de acuerdo, no quería que se pusiera mal por nada, y menos por mi culpa y ciertos arrebatos. 

Esta vez el viejo se lució con la comida.


—¿Macarrones con queso? —estaba que mi estómago crujía por devorar todo lo que preparó.

—Hasta acá puedo escuchar el dulce sonido de tu panza haciendo "brr" —rió.

—Ni que tampoco fuera un tractor —bufé y me senté a la mesa, teníamos la costumbre de prender Netflix y ver alguna serie, insistí mucho para darle una oportunidad a La Casa de Papel.

—Mañana no trabajo —articuló mi padrino con la boca llena y tragó —, ¿te parece qué salgamos a correr un poco?

—¡¿Enserio?! —pregunté totalmente emocionado. 

—Sí, si no estás ocupado podemos salir un rato. Solía hacer carreras con tu padre. Ethan era realmente rápido y nunca le pude ganar, pero estoy seguro que puedo aprovecharme de su hijo.

—¡Ja! No te confíes. Yo soy joven, vos ya rondas los sesenta años.

—¡Mocoso! —protestó el viejo —¡Yo sabía que ibas a ser realmente un dolor de huevos!


Gabriel se fue a dar una ducha y yo igual, estaba emocionado de dar una pequeña corrida nocturna con mi padrino y así, compartir un poco de tiempo juntos. Igual no tenia quejas, en la cena siempre veíamos un capítulo de alguna serie que esté disponible, de vez en cuando me sacaba conversación y estoy seguro que mamá debe estar envidiándolo.

Dejé guardando el celular y bajé a toda velocidad desplazándome por la escalera. 


—¿Estás listo para que te gane? —aclaró con una sonrisa Gabriel.

—Dicen que soñar es gratis —sostuve firme y salimos afuera, era una noche hermosa —. ¿Te va correr setenta cuadras? ¿O es mucho para un anciano?

—¿Y a vos te va correr cien cuadras, mocoso? —demandó desafiante. 

—¡Que comience el reto! 


Estuvo muy divertido. Con él no era solo correr, también pasaban cosas divertidas (y me daba vergüenza ajena); le dedicaba un beso a alguna chica solitaria que estaba en la plaza, de vez en cuando me tiraba agua o nos tirábamos agua mutuamente y nos reíamos sin parar.

El recorrido era hacer cincuenta cuadras de ida, rodear la plaza y cincuenta cuadras de regreso. Gabriel me contaba mucho cómo entrenaba con papá y la verdad me dejó sorprendido, corre muy bien y tiene buena resistencia y aguante. Bueno, no es de esperarse, todos me dijeron que papá era un duro contrincante. 

Llegamos a casa y me arrepiento de irme a duchar antes, la transpiración humedeció mi cuerpo por completo. Otra vez a bañarme.


—Andas muy bien, eh —demandó Gabriel —. Me divertí bastante, espero que las noches que no tenga que ir al trabajo al día siguiente, aceptes salir a correr conmigo.

—¡Sí, me encantaría! —estiré mis brazos dedicándole una sonrisa —Que tengas buenas noches, viejo.

—Igualmente, mocoso —se despidió despeinando mi cabello.


Estaba tan distraído en arreglar mis cosas para mañana que me olvidé de algo muy importante: ¡Maldita sea, Ellie! Habíamos acordado hacer una llamada precisamente esta noche y me olvidé por completo, que imbécil.

Quería intentar mandarle un mensaje pero estaba en duda, es muy tarde para que ella esté despierta y no quería molestarla en lo absoluto, pero si no le hablo, quedaría realmente peor.

Me animé.


Damian Miller: Ellie, perdóname. No me quise olvidar de mandarte un mensaje pero pasó algo...


Dejé el celular en mi cama y me tumbé boca arriba apretando con fuerzas una almohada, estaba devastado. Siento que ella debió haber estado esperando mi mensaje y yo como un completo idiota me olvidé.

No le quise dar mas vueltas al asunto, me fui a bañar y en cinco minutos ya estaba listo. Envolví una toalla celeste alrededor de mi cintura y con otra secaba desde mi pelo hasta mis brazos, abdomen y espalda. Por curiosidad, levanté el celular pero no esperaba encontrar un mensaje de ella, pero mi sonrisa me delató.


Ojos color miel🍯: Damian no me asustes...

Ojos color miel🍯: ¿Pasó algo grave? ¿Vos estás bien?






¡Buenas, pulgas picaronas y salvajes! ¿Cómo están?

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¡Buenas, pulgas picaronas y salvajes! ¿Cómo están?

¿Les gusta cómo nuestro mini Ethan tiene agendada a Ellie? Lindo nombre, ¿no? Bien, espero que les guste porque hasta acá viene siendo todo color de rosas, los que ya me conocen saben muy bien que no va a durar mucho (risa malvada)

¡Disfruten la lectura!


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El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora