39

504 49 10
                                    


Capítulo 39

"El corazón partido de Ellie"



NARRADOR OMNISCIENTE 


Ellie había llegado hace poco a su casa luego de despedirse de Damian, quien se apresuró en su camino. Ella aún llevaba sus pertenencias con sus cuadernillos y apuntes de la universidad y antes de caminar hasta su habitación para relajarse después de una mañana agitada, observó una curiosa nota sobre el mueble donde estaba el teléfono de línea. 

Se trataba de Raymond;


Ellie: 

No encontré a tu hermana en la casa, perdón. Si llama o sabes algo de ella porfa mándame un mensaje. Estaré atento al celular ante cualquier cosa. Nuevamente, lamento su pérdida.


Al lado de esta pequeña nota escrita en una hoja blanca a rayas de cuadernillo, estaban las llaves que Ellie le había prestado a Ray para que pudiera entrar a su casa a inspeccionar si Hellen ha regresado. Aunque sea, tenía una pizca de esperanza pero no era el caso. Ella tomó sus llaves ignorando la nota luego de haberla leído y encaminó hasta su habitación. 

No estaba muy animada, se notaba en las expresiones de su rostro decaído. Hellen es su hermana y claramente lo ocurrido le afectaba aunque no lo demuestra de forma exagerada, pero por dentro, le duele. Se preguntaba en su mente si lo mejor era darle su espacio hasta esperar a que ella se tranquilizara y decidiera regresar sola a la casa donde pertenece o si la mejor suposición era salir en su búsqueda.

Lo meditaba porque aquella muchacha de cabellos rubios estaba confundida tumbada sobre su propia cama. 

Como era de esperarse, el cuarto de Ellie estaba perfumado con un aroma dulce, suave y delicado, tal y como su personalidad, y todo estaba ordenado en su debido lugar. 


—¿Será mejor que vaya a buscarla? —meditaba sola mientras pensaba si eso era lo mejor —¿Qué dices, Ruben? 


El perro regordete estaba echado sobre una manta rosada con rayas celestes mientras mira a su querida dueña y bosteza. Ella sólo se limita a sonreír apenas y vuelve a recostarse boca arriba mientras se detiene a mirar su techo. Este no estaba limpio del todo, en las esquinas había alguna que otra tela de araña acompañada de unas arañas transparentes.

Ellie las observaba y vio cómo una araña que estaba sola dejó de estarlo cuando otra se acercó.


—Lo mejor es que vaya, ¿no? —se cuestiona reincorporándose de la cama —Al fin y al cabo, ella siempre será mi hermana y tiene que saber que cuenta con mi apoyo. 


La muchacha se queda parada frente a un espejo que estaba decorado con sus propios dibujos, estos por lo general eran dibujos de pequeños animales tiernos dibujados y pintados con lápices de diversos colores en hojas blancas y pegados sobre cartulinas de colores para que tuvieran una mejor contextura. Ella se detiene a observarse y tomando un peine que estaba guardado en su cajón, se recoge el cabello en una coleta de caballo. 

No le importaba cambiarse, sólo agarró un saco color rosado pastel y caminó hasta abajo. 

Ella estaba preparada para enfrentar a su hermana aun si ella quisiera estar sola. Pero no iba a permitirlo, ¿irse así, cómo si nada hubiera ocurrido? Hellen era su hermana y estaba dispuesta a demostrárselo permitiendo no dejarla sola en un momento que es mas difícil para ella que para Ellie. 

Y comenzando por el principio, sabía dónde encontrar a su hermana. 


En la amplia plaza, con Hellen y Damian


Ellos continuaban abrazados. El cielo amenazaba en querer llover, y las brisas frescas hacían que Hellen se apegara mucho más en Damian mientras escondía su rostro ante el pecho de este, para así cubrir sus lágrimas y evitar que él la viera.


—Mi madre fue muy injusta —musitó con molestia Hellen —, si ella me hubiera permitido ver a mi abuela una vez más, podía agradecerle todo... 

—Ey —se separó Damian de ella tomando su rostro, viendo cómo la mirada de Hellen se cerraba —. Tu mamá habrá tenido sus razones, no hay que culparla.

—¡Es injusto! —reclama insistente mientras cierra sus puños para limpiar sus lágrimas —¡Ella fue injusta conmigo, incluso con Ellie! 

—¿Nunca hablaste con tu mamá para saber el porqué te distanció de tus abuelos? 

—¿Crees qué no lo hice? —le responde con otra pregunta en un sollozo —¡Siempre me ha negado todas mis preguntas! ¡Nunca quiere confesarme nada! ¡Me trata como si aun fuera una niña pequeña! 

—Tranquila —pronuncia mientras vuelve a abrazarla —, nadie de tu entorno cree eso. Ni tu mamá, ni tu hermana, ni Ray. Ni yo. 

—Damian. 


Ella se separa de él una vez más para limpiar sus lágrimas que caían por todo su rostro e incluso humedecieron las prendas de Damian entre su hombro y su pecho. Hellen, obteniendo una mejor vista luego de haber tenido una visión borrosa por el llanto, se limita a observar a Damian; desde su color de ojos claros, hasta cada una de sus facciones masculinas y sobre todo, sus labios carnosos y rosados. Lo toma desprevenido del rostro y lo besa.

Una pequeña gota caída del cielo anuncio una lluvia que, en cuestión de segundos, cayó sobre ellos pero eso no importaba en el momento; 

En ese momento, ambos jóvenes estaban uniendo sus labios en un beso. 






¡Buenas, lobitos fortachones! ¿Cómo están?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Buenas, lobitos fortachones! ¿Cómo están?

Para quienes son #TeamEllie y lo sostienen a muerte, no se enojen conmigo, saben que sin un poco de drama, esta historia no tendria sentido. Y quienes han leído el primer libro, ya me conocen un poco.

#TeamEllie presente ✊💛


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora