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Capítulo 32

"¿Nos enamoramos de la misma persona?"



NARRA ELLIE 


Caminé a paso apurado para encontrar el saco que había olvidado, y poder llegar a tiempo de aprovechar este pequeño recreo para tomar y comer algo acompañada de mi hermana y sus amigos. Sí, digo "sus amigos" porque últimamente me siento un poco molesta con ella, y me preocupa, es algo que jamás me había pasado. Hasta ahora.

Cuando supe que Damian asistiría a mi universidad, a mis cursos, mi corazón dio un enorme brinco de felicidad porque pensé que sería la oportunidad ideal para conocer al chico que comenzaba a gustarme. Bueno, que me gusta. 

Pero pocos son los momentos que tengo oportunidad de expresarme con él, y esos momentos son cuando estamos en clases, así que mucho no hablamos debido a que prestamos atención y tomamos apuntes. ¡Me frustra! Quisiera pasar más tiempo con Damian a solas fuera del horario de la universidad pero me da una vergüenza enorme. ¿Cómo se supone que le digo que quisiera juntarme con él a solas? Claramente, sin Hellen y Ray que nos acompañen sería como delatarme, y hasta podría pensar que él me gusta.

¡No quiero!

O sea, si quiero pero no quiero que sepa que él me gusta. Y es tan complicado tomarme un tiempo para conocerlo si Hellen no para de perseguirlo, querer hablar con él todo el tiempo, conocerlo y demás. Si ella no fuera así con todos los que conoce, pensaría que está enamorada de él.

¿Y si a Hellen le gusta también Damian?

¡Basta! No quiero pensar en mas cosas absurdas, pero ahora que lo pienso no puedo quitármelo de la cabeza: ¿A Hellen le gustará también Damian? Y si eso llegara a ser así... 

No me di cuenta y llegué al salón de clases el cual estaba completamente vacío a excepción de la profesora, que en cuanto me vio, me dio una mirada aprobatoria con una sonrisa. Me invitó a pasar y entre sus manos, tenia mi saco y un cuaderno.


—Sabia que ibas a venir en busca de tu saco y el cuaderno de Damian —articuló tendiéndome ambas cosas.

—¿Damian se olvidó su cuaderno? —pregunté inspeccionándolo curiosa.

—Sí, en cuanto recogí tu saco sabiendo que ibas a volver, me encontré su cuaderno tirado. Se que es de él porque su nombre esta en la primer hoja.

—¡Muchas gracias! —le agradecí por guardarnos los objetos extraviados —Enseguida se lo doy.

—Gracias —asintió y siguió archivando unos papeles, así que no la molesté más y me fui.


Estaba mirando el cuaderno pero no le di muchas más vueltas, seguramente es un simple cuaderno de apuntes sin importancia así que lo guardé en mi mochila para entregárselo en cuanto lo vea.

Estaba sometida en algo que me consumía cada segundo y era en el hecho de pensar qué probabilidad hay de que a Hellen le guste Damian y qué debería hacer yo en ese caso: ¿Hacerme a un lado? ¿Decirle qué él es el chico que a mí también me gusta?

No.

En estos casos debo pensar a cómo yo reaccionaría y esa respuesta ya está en mi mente. Si a ella le llegase a interesar Damian, prefiero esperar a ver si él le corresponde a ella o hay una oportunidad de que nosotros llegáramos a conocernos más. Aun así, no puedo adelantarme a los hechos. Necesito preguntárselo y que ella me sea sincera.


Absolutamente todo el día estuve pensando en ese asunto: en horario de clases, en cuanto llegué a casa intente distraerme leyendo libros, buscando información de recetas dulces y cómo prepararlas en Pinterest e incluso hice mi rutina de sentadillas escuchando a David Coverdale en su álbum Northwinds, pero nada servía. 

La noche llegó, y yo estaba más silenciosa que de costumbre. Hellen me preguntó tres veces qué pasaba conmigo pero no quería hablar del tema porque la involucraba y también porque no me sentía lista para escuchar la respuesta que imaginaba, aunque si no le preguntaba, no podría saberlo.

Estaba dando vueltas en mi cama y estaba cansada. Cansada de pensar todo el día lo mismo y agobiarme y sentirme estresada conmigo misma. 

¡No puedo mas!

Me levanté de mi cama y caminé en puntas de pie hasta la puerta de Hellen, respiré profundo llenando mucho aire en mis pulmones, tragué saliva y volví a soltar todo el aire en una gran exhalación. Y con mis piernas temblando de los nervios, me atreví a golpear.


—¿Ellie? —se preguntó refregándose los ojos, seguramente estaba a punto de ir a dormir —¿Qué pasa? 

—E-Es que quería preguntarte algo —musité con ansiedad. 

—¿Estás bien? —apoyó su mano sobre mi hombro —¿Qué me querías preguntar?


Es ahora o nunca. Necesito saber la respuesta.


—Hellen, ¿a vos te está empezando a gustar Damian? —me animé a decir y aquello la sorprendió muchísimo.

—Sí —terminó afirmando haciendo que mi mundo se desmoronara con una simple palabra —. Creo que me siento atraída por él.






¡Buenas, lobizones fortachones! ¿Cómo están?

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¡Buenas, lobizones fortachones! ¿Cómo están?

Para los que apoyamos el #TeamEllie quiero hacer varias aclaraciones: no se enojen si Hellen se enamora de nuestro mini Ethan, ella como ninguno de nosotros puede controlar sus sentimientos o atracciones (ademas tiene tremendo bombón enfrente). Y hay que entender que Ellie, por haber esperado a conocer más a mini Ethan, nunca le contó nada a su hermana y ahora pasan estas cosas.

¿Las cosas hubiesen sido distintas si Ellie le confesaba desde un principio qué el chico que ella estaba conociendo era nuestro mini Ethan?

¡Espero que les haya gustado y no me apedreen mucho!


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El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora