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Capítulo 28

"No quiero verte mal"



NARRA ETHAN


Y entonces cuando pensé que las cosas no podían ser peor, ahí la vi. Ella estaba sumida en sus pensamientos y no podía disimular que estaba triste, yo mismo noté aquella lágrima escurridiza que se asomaba bajando de su lagrimal hasta su mejilla hasta caer en sus ropas. No fue solo una. Fueron varias. Ella lloraba y yo como un idiota parado mirándola. Incluso Ruben la consolaba mejor.

¿Cómo se supone que me iba a acercar?

Avancé dando un paso hacia delante y mi sombra me delató, y Ellie pasó a mirarme. En cuanto vi su mirada color miel puesta en mis ojos bajó sus lentes. Susurré su nombre.


—Ellie. 

—¿Cómo llegaste hasta acá? —preguntó girando su cara para limpiarse con la manga de su camiseta aquellas gotas saladas. 

—No te voy a preguntar qué pasó. No soy nadie para meterme en tu vida —demandaba hasta acercarme a ella y arrodillarme ante sus pies. 

—Damian —musitó triste y con mis dedos limpié su tierna carita, no sé qué tiene ella que no puedo verla apagada. 

—Perdón, pero quisiera escucharte —solicito tomando de su delicada mano, pero me daba vergüenza, pienso que estoy avanzando a pasos agigantados. 

Después de unos segundos en silencio, ella habló: —Se trata de Ray. Quiso besarme y me negué de la peor manera, lo empujé con mucha fuerza en vez de hablar y decirle que no. 

—No te preocupes, —contesté para sentarme a su lado, mirando el sol —fue tu forma de actuar en el momento, no pretendas que las cosas te salgan como las imaginas. Cuando te sientas más tranquila, ya vas a poder hablar con Ray. 

—Me preocupa haberlo lastimado. 

—Estoy seguro que está bien, no te preocupes —la miré —, ¿te sentís mejor?

—Un poco, sí. Gracias por escucharme —manifestó con una media sonrisa —. ¿Qué pasó con Hellen? 


Hellen.

No voy a decirle la verdad de los hechos pero tengo que admitir que a la distancia, sentí curiosamente el latido acelerado de su corazón y sentí que se alejaba, y antes de perder la esencia de Ellie, sin decir una palabra, salí corriendo.

Sí. Salí corriendo como un desesperado para no perder a Ellie de vista, mi instinto lobuno me indicaba que algo no estaba bien con ella y de hecho, lo sospeché desde un principio pero no le voy a decir esto a Ellie. Sonaría extraño.


—La verdad es que sabia que andaba algo mal con Ray desde el principio. Así que salí corriendo para ver si estaba todo bien, fue como un sexto sentido. Perdón.

—No te disculpes —negó con su cabeza —, no quiero que se te haga un hábito el pedir disculpas por cosas que no debes. Gracias por notarlo. 

—Igual Hellen se debe estar preguntando qué pasó. La dejé sola y me da una vergüenza enorme eso.

—Si quieres podemos ir yendo. Ella debe estar preguntándose de tu ausencia y yo tengo que hablar con Ray —se levantó acomodando su cabello rubio y lacio —, ¿vamos?

—¡Espera! —la detuve —Quisiera quedarme un rato más. 

—¿Estas seguro? —preguntó dudando si sentarse nuevamente o permanecer parada. 

—Sí, y estas oficialmente invitada a acompañarme pero podes rechazar la oferta —anuncié con una sonrisa.

—Creo que Ellie oficialmente acepta la invitación —promulgó para seguidamente sentarse a mi lado —. Gracias.

—Ey, no me agradezcas. Yo tampoco quiero que se te haga un hábito el agradecerme todo el tiempo por cosas que no debes. 


Ambos sonreímos y puedo confirmar que su sonrisa indicaba que ella estaba mejor.






¡Buenas, pulgas picaronas y salvajes! ¿Cómo están?

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¡Buenas, pulgas picaronas y salvajes! ¿Cómo están?

Como ya han notado, casi todos los capítulos conllevan un total de pocas palabras (entre 500 a 1000) para así, llevar una lectura más ligera, más sencilla y para nada costosa, cada capítulo debe de tardar leerlo entre cinco minutos como mucho.

¡Espero que les haya gustado!


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El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora