El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un final

48

Capítulo 48

"Damian: ¿Bueno o malo?"

Estaba concentrada viendo aquel video, pero lamentablemente era eterno. Duraba horas. Prácticamente toda la noche, por lo que parece. No me animé a ver el final o dónde termina pero sí mi mente se preguntaba miles y miles de cosas. Estoy segura, no caben dudas de que esas zapatillas son de Damian y él, está acompañado de una persona, no sé si sea hombre o mujer.

¿Y si "Damian" es sólo una máscara? ¿Su buena persona oculta quién es en realidad? ¿Y si es peligroso y forma parte de los asesinatos? 

Ahora mi miedo estaba aumentando, ¿acaso es todo una mentira? Antes de asegurar ciertas cosas, debo mantenerme al margen de buscar evidencias y para eso, debería seguirlo alguna noche cuando sale de su trabajo pero eso lamentablemente es imposible. Mamá jamás me dejaría salir de noche y menos a tales horas.

Era hora de comenzar las últimas horas de clases.

Procuré cerrar todo, guardar los auriculares y mi computadora portátil en la mochila junto con la cámara que era gran evidencia de saber la verdad sobre Damian, además todavía no me olvido de lo que leí cuando su cuaderno se cayó. Intenté respirar profundamente y actuar normal para cuando él llegara a mí lado, eso evitaría de que sospechara aún más de mi actitud.

Mi celular vibró. Un nuevo mensaje al parecer:

Raymond: ¡Ellie! Estaba esperando verte pero Damian dijo que querias estar sola. Espero no haberme mandando una cagada de nuevo 😅.

Raymond: Si es así, te pido disculpas. Y si todo es por tu hermana, podemos caminar juntos... no sé si sea buena idea pero lo que más quiero es que estés con nosotros.

Suspiré. 

No contesté su mensaje, seguramente él ya debe estar en clases y Damian está en camino, siento su perfume cada vez más fuerte. No tengo muchos ánimos para salir a caminar pero si con una persona, solo porque sé que esta tarde va a estar presente esperando por mí y no quiero dejarla esperando. Voy a verme con Valerie de Hernández.

—Ellie —saludó Damian tomando asiento y ofreciéndome un café —. ¿Cómo estás?

—Bien, estaba viendo algunos vídeos en mi computadora para poder distraerme —mentí mientras el aroma al café se quedaba en mis narices.

—¿Qué videos te gustan ver? —preguntó sacando de su mochila un cuaderno de apuntes y apoyándolo en su mesa personal.

—Ahora mismo miraba unos de cocina y pastelería —dije inspeccionando el café y me sorprendí al probar su sabor—. ¿Cómo supiste que me gusta así?

—¿Acaso piensas que no soy observador? —musitó.

¿Damian me observa?

Le sonreí siendo tímida y es así como caigo ante sus encantos. Es que es imposible que finja tan pero tan bien. Damian es una persona muy linda, es encantador, educado, sabe respetar cuando y en que momento quiero un espacio para mí, no es irritable y es de las pocas personas que no me parecen intolerables. Siento que mis ánimos están mucho mejor, pero es porque no tengo en mi mente aquel beso de forma constante, pues tengo que pensar en otras cosas.

La clase terminó y Damian me habla:

—¿No te gustaría que caminemos un rato? —preguntó con una sonrisa —No malpienses, no es que quiera sacarte información. Caminar en sentido literal.

—Puede ser —asimilé.

Caminar me va a hacer bien y no solo eso, quisiera saber más de Damian. Y estoy hablando de aquel vídeo que tengo en mis manos, esa cámara grabó cosas muy reveladoras y necesito saber más sobre eso. Además, él tiene algo que me hace bien. Ojalá Raymond sepa disculparme pero, no me siento bien caminando con él que con Damian, entre ambos hay una gran diferencia.

—¡Damian! ¡Damian! —entró Hellen a los gritos y casi llevándose a medio salón por delante, tengo que admitir que me hace reír (en el interior, claro).

—¡Ay, no! —exclamó Damian golpeándose la cabeza —Olvidé que Hellen esta mañana quizo que nos quedáramos juntos porque quiere decirme algo. Lo olvidé.

—No pasa nada —susurré casi para mí y mis ánimos cayeron hasta por los suelos. Sólo quería irme.

—Perdón —musitó culpable Damian pero yo ni siquiera le respondí, pasé por al lado de Hellen y no dije absolutamente nada.

—¡Ey, Ellie! —vociferó Raymond pero no hice caso.

Sólo quería irme para que no me vieran llorar. 

¡Buenas, patas lobunas con tierra! ¿Cómo están?

¡Calma, chicos y chicas! Les pido de rodillas que no se enojen con Hellen porque como escritora del personaje, les prometo que mala no es. No es su culpa sentirse atraída por Damian y no darse cuenta de cómo se siente su hermana, realmente no se enojen conmigo 😞.

¡Disfruten de la lectura!