Scarlet Frost

♕ 6. Hermanito... ♕

Francisco

La fiesta ya había terminado y todos se fueron a sus casas, ayudé un poco a los mozos y luego me fui a descansar. Como es costumbre baje de madrugada por un vaso de agua, para sorpresa mía todo estaba oscuro, lo cual es inusual ya que siempre hay pequeñas lámparas prendidas pero en esta ocasión hay un candelabro prendido, esta se encuentra en la mesa familiar de madera. Aplaudo dos veces para que las luces se prendan pero no funciona.

—Hola, Francis — la voz de mi hermana Scarlet hace que me ponga alerta.

—¿Qué demonios haces despierta a las tres de la mañana? — pregunté intentando acoplar mi vista en la oscuridad.

—A las tres de la mañana es la hora en que mis ancestros tienen más fuerza — ella hizo una pausa y escuchó una silla moverse — más sed de venganza, más sed de sangre.

—¿Dónde estás? — cuestioné.

—¿Tienes miedo Francis? ¿Me tienes miedo? — preguntó, el candelabro se levantó y gracias a la poca luz que dan las velas pude ver las uñas rojas de mi hermanita y su rostro el cual no tiene nada de maquillaje, pero aun sigue viéndose hermosa.

—Claro, como no tenerte miedo si eres una maldita loca — contesté con sinceridad.

Ella se acercó a mí, el candelabro separándonos, podía ver la cera derretida cayendo por los lados — Charlotte tiene menos de cuarenta y ocho horas para irse del pueblo Phembrit o sino—

—¿O sino qué, hermanita? — pregunté haciendo énfasis en la palabra hermanita; empecé a retroceder pues lo caliente de la vela la podía sentir cerca a mi mentón.

— O si no — ella se acercó a mí y yo retrocedí pero no pude más ya que sentí la fría pared de la sala contra mi espalda — te haré sufrir hasta que pidas piedad... piedad por tu vida pero sabes perfectamente que en los Frost la piedad no existe, así que advertido quedas, hermanito.

Hermanito...

Lo dijo en un tono de voz amenazante, un tono de voz que en años no lo había escuchado, un tono de voz el cual hizo que toda una corriente de escalofríos y miedo corran por todo mi cuerpo. Ella me entregó el calentador y vi desaparecer en la oscuridad de la sala.

El calor brotando de las velas cerca a mi rostro hace que por tan solo segundos sienta miedo de mi hermanita, pero se que ella es incapaz de hacerme daño ¿O si?...