Matteo
— ¿Deseas que me quede contigo? — pregunté cuando nos detuvimos en la puerta de su casa.
Ella asintió — Si — entramos a su casa, su madre estaba devastada llorando en el sofá, Edgar la abrazaba mientras lloraba, Francisco y Marcus charlaban en la cocina juntos con Max y Owen, Charlotte entraba a la casa guardando su celular — ven, vamos.
Subimos a su habitación, la cual era demasiado grande, nos echamos en su cama, ella se acostó sobre mi pecho; ella empezó a llorar desconsoladamente, sus llantos cada vez eran más profundos, ella decía palabras que no podía llegar a entender pues eran en otro idioma.
Rayos, de verdad tengo que aprender Alemán, ya que ese es el idioma que hablan más.
— Tranquila — dije mientras sobaba su espalda — vota todo linda.
— Ella no debió morir así — musitó entre llantos.
— ¿Cómo murió? — me atreví a preguntar.
— Le dispararon en la cabeza, todos los que me rodean o mueren o se alejan de mí— contestó, ella alzó su vista mirándome; sus ojos estaban rojos e hinchados, la punta de su nariz también estaba roja — ¿tu no me dejaras, cierto?
Puse un mechón detrás de su oreja y acaricie su mejilla — Jamás lo haré — deposite un beso en sus labios y luego en la punta de su nariz — lo prometo.
Ella asintió con una sonrisa triste y volvió a acostarse sobre mi pecho, agarré una manta que estaba a nuestro lado, la extendí y nos cubrí; empecé a hacer mismos en su cabeza, intentando calmar su llanto, su dolor, pero se que eso es imposible, acaba de perder a su abuela, de un disparo.
Te ayudaré Scarlet, prometo ayudarte, pase lo que pase, siempre estaré a tu lado, sin importar nada.
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Scarlet Frost
Teen FictionLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...
