Scarlet Frost

♕ 10. Mis gemelos ♕

Scarlet

Salí de la casa sin hacer ruido y con la ayuda de Michael, el chofer de casa, fuimos hacia la entrada del pueblo Phembrit, al llegar él me dejó y volvió a casa para no levantar sospechas. La entrada queda lejos de casa y del colegio pero todo es por una linda venganza.

A los lejos vi dos motos negras acercándose, ambos conductores tenían caso negros y sonreí al reconocer las motos. El primero en quitarse el casco es Max Frost, mi primo, un chico alto, rubio, ojos celestes claros, labios carnosos, él tiene un tatuaje en el cuello de un illuminati y alrededor tallos de rosas con espinas; él sonríe abiertamente quitándose el casco y sacudiendo su pelo.

La segunda persona es Owen Frost, mi primo, ambos son idénticos ya que son gemelos a excepción por unos detalles, Owen tiene el pelo negro, tiene un tatuaje de alas en su cuello y tiene un piercing de color negro en el lado derecho de su labio inferior.

—Hola — dije con una sonrisa en mis labios.

—Hola — dijeron al unísono.

Abrí mi mochila y saqué sus uniformes del colegio — Esto es de ustedes, en el colegio se lo ponen.

—¿Es muy temprano para ir al colegio, no? — preguntó confuso Owen.

Me acerqué a Max y me subí a la moto — Si, por eso iremos primero a desayunar.

Max y Owen rieron poniéndose el casco, manejaron hacía la más deliciosa jugueria que puede haber en el pueblo, desayunamos tranquilos a excepción de los mensajes y llamadas perdidas de mis hermanos, y eso solo indicaba que mi plan iba a la perfección.

—No es bonito — dije llamando su atención — los tres reunidos, como en los viejos tiempos, el hermano social — miré a Max — y el hermano antisocial.

—Y la psicópata que se le ocurren planes arriesgados— respondió Owen — aparte prefiero ser antisocial que fingir que todos me caen bien.

Los gemelos se cambiaron en los baños de la jugueria, luego ellos manejaron hacia el colegio, en la entrada vi a mis hermanitos, Max bajó primero para luego ayudarme a bajar y posteriormente quitarse el caso junto a Owen, vi a mis hermanitos fruncir el ceño a excepción de Marcus, quien sonreía de alegría.

Entramos al colegio y pasamos por un lado de Francisco, Edgar y Charlotte, yo volteé y murmuré: "Te dije que me vengaría, hermanito" mirando a Francisco, quien leyó perfectamente mis labios. Mis gemelos fueron a la dirección a reclamar sus horarios, mientras que yo entraba a mi salón.