♕ 32. Tu ayuda ♕

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Matteo

«Contrólate»

«No te metas»
«Controla tus pequeños celos»

Esas palabras susurraba Kevin una y otra vez, pues nosotros o mejor dicho yo, estaba observando a Scarlet y Antonio quienes se besan apasionadamente detrás de los asientos de la cancha deportiva; mi sangre hervía y las ganas de querer intervenir y separarlos aumentaba con el pasar de los segundos.

Por cada roce que daban sus labios, aumentaba más las ganas de separarlos, de romperle el rostro y quitarle aquella sonrisa arrogante que siempre lleva él; ver como la chica que te gusta y él idiota que te amenazo se besuquean detrás de las gradas no es muy agradable que digamos.

¿Por qué los sigo viendo?  Pues simple, si Antonio fue capaz de amenazarme sin conocerme, sin conocer mi pasado, no puedo imaginar lo que puede llegar a hacerle a Scarlet; «Ya se están yendo» dijo Kevin asomando la cabeza, Scarlet se fue en dirección contraria de Antonio, ambos en diferentes sentidos ¿Por qué?.

—No todo tiene un porqué Matteo — habló Kevin, tomando por sorpresa.

—¿Lo dije en voz alta? — pregunté y él asintió.

—Bueno — él miró su reloj — ya es tarde, creo que deberías ir a tu casa.

Negué —No, tengo cosas que hacer.

—¿Qué cosas? — preguntó Kevin.

—Tiene que hablar conmigo — la voz de Edgar nos tomó por sorpresa a ambos, Kevin volteó — Matteo, tenemos que hablar, ahora.

Kevin se cruzó de brazos —¿Y que tiene que hablar mi mejor amigo contigo?.

—Matteo vamos nos están esperando — dijo Edgar ignorando a Kevin.

¿Quién nos espera?

—Edgar te estoy hablando — dijo Kevin alzando una ceja.

—Y yo no deseo hablar contigo ¿Acaso no es notorio? He estado evitando tus mensajes y llamadas que me dejas e incluso me he cambiado de número — contestó Edgar molesto, ¿Molesto? ¿Qué fue lo que ocurrió entre ellos dos?.

—¿Ahora resulta que todo esto es mi culpa? — cuestionó enfadado Kevin — ¿Ahora yo soy el responsable de que lo nuestro se fuera a la mierda?

— Sí, sí eres el responsable, porque entre los dos tú fuiste quien utilizó mi apellido para privilegios — contestó Edgar disgustado.

—¿Y acaso tú eres el puto santo de la historia? Te recuerdo que me utilizaste para sexo — protestó Kevin.

—No es mi puto problema si confundiste las cosas, desde un principio te dije que no buscaba nada serio— contestó Edgar, mire a Kevin y note que su mirada reflejaba tristeza— por favor Kevin, ahora no me jodas, tengo asuntos más importantes que perder mi tiempo contigo — Edgar dirigió su mirada hacía mi — Matteo vamos, ahora.

—¿Es muy importante? — cuestioné.

—Es sobre Scarlet, ¿tú lo consideras importante? — preguntó Edgar.

—Kevin, lo siento mucho pero—

—Ve, no te preocupes, yo iré hacer algunas cosas — dijo para luego alejarse.

Edgar empezó a caminar sin decir nada, yo no entendía nada lo que acababa de pasar, Edgar y Kevin discutiendo, echándose la culpa mutuamente y luego sobre Scarlet.

¿Por qué quería hablar conmigo sobre Scarlet?

¿Ella estará bien?

¿Le habrá pasado algo?

El chofer de Edgar abrió la puerta dejándonos entrar, el primero en entrar fue Edgar y luego fui yo; al entrar Marcus y Francisco estaban charlando quien al notar mi presencia se callaron; el chofer cerró la puerta quedándose fuera del auto.

—Has estado espiando a Scarlet durante semanas, siguiéndola a todos los lugares que ella vaya y todo lo apuntas en un cuaderno negro que tienes en tu mochila — habló Francisco, vaya que directo.

—¿Cómo se enteraron? — me atreví a preguntar.

—Dejas muchas piedras en el camino — contestó Francisco siendo cortante.

—¿Y qué harán? ¿Decirle a Scarlet que la sigo? — pregunté, ¿De dónde mierda saco tanta valentía? Ni siquiera me tiembla la voz.

—No — contestó Francisco.

—Entonces ¿para que me llamaron? — pregunte confundido.

—Necesitamos tu ayuda — contestó Edgar.

—¿Mi ayuda? — pregunte extrañado — ¿para qué?.

—Si — hablo por primera vez Marcus desde que llegué, él alzó su vista — a ti no te cae Antonio, a nosotros tampoco, nosotros estamos ocupados en otros asuntos y no tenemos todo el día para espiar a Scarlet, en cambio tu sí.

Me crucé de brazos —De acuerdo pero ¿Que les hace pensar que yo los ayudare?.

—Bueno no creo que a mi hermanita le guste la idea que alguien la está vigilando todo el tiempo — contestó Francisco — y agradece que fuéramos nosotros quienes lo descubrimos.

Asentí —Ustedes mismo dijeron que dejó piedras en el camino ¿Qué les hace pensar que en esta ocasión será diferente?.

—Porque en esta ocasión nos tiene a nosotros — contestó Marcus, él cerró su laptop — solo nos une una cosa, deshacernos del imbécil de Antonio Meyer.

Scarlet FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora