Scarlet
Mis gemelos han estado visitando el pueblo junto con Charlotte; mientras tanto yo no tengo ánimos para nada, mis hermanos han intentado animarme, trayendo dulces, pop corn, entre otras cosas, pero simplemente mis ganas de querer llorar son altas ¿Por qué? Pues estamos en el mes del fallecimiento de mi padre, estar lejos de él hace que cada día de mi vida quiera asesinarme con lo primero que vea al abrir mis ojos.
Tocan la puerta sacándome de mis pensamientos suicidas — Hola — dijo Francisco con voz melodiosa entrando a mi cuarto — ¿qué haces?.
—Alimentando a mi dinosaurio ¿y tú? — dije sarcásticamente.
Él sonrió levemente — ¿Deseas hacer algo? afuera está lloviendo quizás podamos hacer—
Negué — Lo siento, solo deseo estar en cama. — Él asintió sin rechistar para luego salir de mi cuarto.
Cuando mi padre falleció yo fui la más afectada, pues cuando ocurrió todo yo estuve presente, ví con mis propios ojos cómo asesinaron a mi padre, como le inyectaron veneno y aún así no se detuvieron, no les importó que una menor de edad este viendo a su padre morir, no les importo ni una mierda quitarme a mi padre.
Lo peor de todo es que segundos antes de que le inyectaran el veneno, los ojos de mi padre se encontraron con los míos, una lágrima salía de sus ojos; pude leer sus labios, él dijo: "No llores, princesa... yo estaré bien"
El clima se puso de acuerdo con mi estado de ánimo pues aunque traiga puesto mi pijama de cera, considerando que son las cinco de la tarde, y tenga mi labial rojo sabor a cereza puesto, por dentro estoy llorando, no lo demuestro porque no me gustó mostrarme débil y cuando lo hago suelo cuestionarme mucho.
¿Por qué no me gusta mostrarme débil? Pues mi padre minutos antes de que fuera arrestado en nuestro patio trasero, él me dijo una frase que jamás olvidaré: "Jamás te muestres débil ante el enemigo, Scarlet".
Me paró de mi cama y caminó en círculos intentando calmar las ganas de romper en llanto y romper todo lo que tengo al rededor, mis manos tiemblan y puedo sentir un nudo en mi garganta, mis ojos se cristalizan y empieza a hacerse difícil respirar, el aire no entra por mis fosas nasales; la puerta se abre dejando ver a Marcus quien al verme corre a abrazarme.
—Tranquila — dice Marcus mientras me abraza.
—Ma-marcus—
—Yo estoy aquí... tranquila — dijo mirándome a los ojos intentando calmarme, él nota que se me hace difícil respirar — ¡Chicos! — gritó y en cuestión de segundos Francisco y Edgar aparecieron.
Francisco
—¿Crees que convenza a Scarlet de comer algo? — preguntó Edgar viendo subir a Marcus directo hacia el cuarto de Scarlet.
—Esperaremos — dije nervioso.
Hace un día Scarlet no come nada y eso se debe a que este mes es el mes de fallecimiento de nuestro padre, Scarlet fue la que sufrió más, pues él día del asesinato de mi padre, ella huyo de casa a ver a padre, nosotros le advertimos, incluso la encerramos en un cuarto, pero ella logró escapar. Scarlet es fuerte y aunque aparenta ser un pedazo de hielo se que detrás de ese muro hay un persona dulce y llena de alegría, lo sé por que es mi melliza y aunque en ocasiones nos odiemos a muerte siempre la protegeré.
—¿Por qué se demora tanto? — cuestionó impaciente Edgar.
—Es Marcus se tiene que demorar, es típico de él — comenté intentando calmar los nervios de mi mellizo.
—Sí ya sé pero—
—¡Chicos! — gritó Marcus.
Edgar y yo corrimos directo hacia el cuarto de Scarlet al llegar ella no podía respirar y tenía sus manos en su clavícula, sus manos temblaban, estaba teniendo un ataque de ansiedad; Edgar fue corriendo directo hacia el botiquín de emergencia que ella suele tener, mientras tanto intentaba hablar con ella, intentando calmarla, hasta que ocurrió lo que temía que ocurriera, ella se desmayó.
Abrí el botiquín, agarré un pedazo de algodón, lo llené de alcohol y lo pasé por su nariz mientras que Marcus le daba pequeñas y leves bofetadas en sus mejillas.
—Scarlet, ahora no — dije mientras pasaba el alcohol por su nariz.— Ahora no pequeña — dije en un susurro débil.
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Scarlet Frost
Teen FictionLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...
