♕ 31. La próxima ya no será una simple herida ♕

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Scarlet

Todo iba correcto a mi plan, me aleje de Matteo, aleje a mis trillizos de Antonio y sobre todo le hacía pensar a Antonio que aún sentía algo por él o mejor dicho le hacía pensar que aún había posibilidades de que volviéramos. Joder que imbécil.

Salí del salón de química y abrí mi casillero pero una mano la cerró con fuerza, aquella mano tenía moretones y heridas; dirigí mi vista hacía aquella persona, y veo que es Antonio, quien tiene un ojo morado, sus pómulos estaban rojos, y un labio estaba partido —¿Qué mierda te ocurrió?.

—La bella visita de tus primos o como tú les dices mis gemelos — respondió Antonio molesto — eso pasó princess.

—No soy responsable de lo que ellos hacen — contesté y caminé directo hacía la salida pero él agarró mi brazo.

—Sí, sí lo eres — respondió — si algo me ocurre recibirás el doble — jaló mi brazo acercándome a él, puso su mano en mi mentón — no quiero que te ocurra nada malo princess — dijo pasando su dedo pulgar por mi labio inferior.

Él soltó mi brazo y solo asentí, salí del colegio y Michael ya me esperaba con el carro encendido, al entrar noté que ninguno de mis trillizos estaba en el carro; en el transcurso revise mi brazo sin que Michael se diera cuenta; mi brazo estaba rojo y en está ocasión tenía la marca de las uñas de Antonio enterradas en mi brazo.

¡Puta madre!

Francisco

Los gemelos nos enviaron un mensaje, pidiéndonos que vayamos a casa lo más rápido posible, ellos recalcaron, sin Scarlet; con decir "nos enviaron un mensaje" me refiero a Marcus, Edgar y a mi.
Al llegar a casa, lo primero que vimos fueron a los gemelos totalmente destruidos, su camisa llena de sangre, los nudillos rotos y con cortadas, sus rostros llenos de moretones y heridas.

Mientras que Marcus y Edgar curaban a los gemelos, yo intentaba quitar la sangre que había en la alfombra blanca.

Genial la alfombra de la abuela llena de sangre.

La puerta se abrió dejando ver a una Scarlet realmente molesta —¿Son conscientes de lo que hicieron idiotas?.

—Estamos bien gracias por preocuparte — contestó malhumorado Max.

—Me importa una mierda como se encuentren — contestó Scarlet dejando su bolso a un lado — pensé que ustedes serían más conscientes, menos idiotas, pero me equivoque, de nuevo, — ella hizo una pausa, se quitó el abrigo y señaló su antebrazo — vuelven a tocar a Antonio y para la próxima ya no será simplemente una marca.

—Scarlet — habló Owen.

—Si, él hizo esto — ella agarró su abrigo — así que sin necesidad de amenazarlos, aléjense de Antonio porque la próxima ya no será una simple herida — habló Scarlet observando a Max y Owen.

—Está bien — contestaron al unísono Max y Owen.

Scarlet caminó hacía las escaleras pero se detuvo y volteó — ¿En serio? ¿La alfombra blanca de la abuela? — me preguntó viéndome, ella bufó — limpien antes de que la abuela o madre lleguen.

— Scarlet ¿dónde compraron la alfombra? — pregunté.

— En Suecia — contestó con una sonrisa.

Scarlet FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora