Scarlet
Estoy en clase de psicología con todas las chicas de mi salón, los hombres tenían dos horas libres; mientras que la profesora hablaba sobre el amor y los hombres, yo rayaba la última hoja de mi block de notas.
—Entonces chicas, — ella hizo una pausa y sentí varias miradas sobre mí, alcé la vista hacia la profesora quien tenía los brazos cruzados — ¿Está prestando atención, señorita Frost?
Asentí — Claro maestra — dirigí mi vista hacia mi block y seguí rayando la última hoja.
—Según lo charlado en clase ¿para usted qué es el amor? — preguntó la maestra.
—Una ilusión, una mentira, un veneno que te mata con el pasar del tiempo y no nos damos cuenta hasta que llega a nuestro corazón — contesté sin despegar la vista de mi block.
—Pero acaso usted no busca un hombre, un príncipe azul—
—¿Para que me rescate del castillo y tenga que matar al dragón? ¡Por Dios estamos en el siglo 21! y respondiendo a su pregunta, profesora — hice énfasis en aquella palabra — no, no necesito a un hombre o un príncipe azul que me rescate, yo puedo salir sola del castillo y con el dragón como mascota — contesté cerrando mi block y dirigiendo mi vista hacia ella.
Ella asintió acomodando su lente y anotando algo en su pequeño cuaderno — ¿Cómo se define?.
—Definirse es limitarse, profesora — dije recostando mi espalda en el respaldar del asiento.
La clase transcurrió normal, aunque claro la profesora solía preguntarme más y más preguntas sobre el amor, ¿Por qué no entienden que el amor es una ilusión? El amor, el amor, el amor, ¿de qué nos sirve el amor?.
Las clases ya habían termiando y yo me estaba dirigiendo a la salida cuando me agarran del antebrazo con fuerza, volteó a ver quien era y resultó ser nada más ni nada menos, el idiota de Antonio Meyer.
—¿No vas a saludar? — preguntó con una sonrisa.
—No saludo a los animales — respondí con una sonrisa de boca cerrada.
Él meneó la cabeza mientras sonreía — Scarlet esos no son los modales que tu padre te enseñó — contestó pero luego su boca formó una "o" fingiendo sorprenderse — perdón, me olvide que tu padre falleció antes que pueda cantarte tu feliz cumpleaños de los diez años.
Intenté salir de su agarre pero él solo apretó con más fuerza — Suéltame Antonio — dije entre dientes.
Él negó — No, vine hasta este pueblucho por ti y me voy de aquí contigo.
—Suéltame porque soy capaz de matarte ahora mismo — dije enojada, el hecho de que estuviera aquí jodiéndome el plan ya me molesta y me molestó aún más el hecho de que mencionara a mi padre.
—La Scarlet que conocía no era así — comentó, mirándome directo a los ojos.
Sonreí levemente — Aquella Scarlet era más fácil de matar — jalé mi brazo con fuerza y salí de su agarre, lleve mi mano hacia mi antebrazo — si sigues molestándome, sufrirás Antonio, lo juro.
Subí al carro junto a mis hermanos, quienes me miraron confusos, negué indicando que no ocurría nada pero en verdad si ocurría algo, mi antebrazo derecho tenía marcas rojas de lo fuerte que me había agarrado Antonio, y si les comentaba algo de lo ocurrido, se que ellos serían capaz de bajarse del carro y matarlo a golpes en medio de todo el colegio y yo no los detendría pero en esta ocasión prefiero encargarme yo sola de mis problemas.
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Scarlet Frost
Genç KurguLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...