♕ 42. Carta ♕

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Scarlet

«¿Cuando llega la abuela?»
«¿Estará cerca?»

«¿Traerá galletitas?»

Francisco le dio una mirada cansada a Edgar — ¿Qué? Las galletas de la abuela son deliciosas — se defendió Edgar.

—Tu comentario es realmente infantil Edgar — habló Francisco.

—Bueno—

—¡Shh! Cállense ya llegaron — comenté notando unas luces del coche.

Todos estamos ansiosos por la llegada de mi madre y la abuela, especialmente de mi abuela pues ella es la que consiente a todos; traigo puesto un top negro, un pantalón campana de vestir negro, un abrigo beige claro y unos tacones de punta ancha color negro, algo casual ya que lo pasaré en casa.

La puerta se abrió dejando ver a mi abuela — Mormor «abuela» — habló Francisco acercándose a ella para ayudarla a bajar las pequeñas escaleras.

Mi abuela nos puso al tanto de lo que ocurría, cantamos "Happy Birthday" y luego estuvimos sentados en la sala charlando de la empresa, negocios y metas por delante; me paré y salí un rato al patio trasero.

Cumplí dieciocho años, mayor de edad, años llenos de tortura, años llenos de soledad, padre si tan solo estuvieras aquí.

—Es hermoso ¿eh? — escuché preguntar a mi abuela, ella se colocó al lado mío.

—¿Qué cosa? — pregunté desorientada.

—El silencio que puede haber en el patio trasero — volteó a verme — tengo una sorpresa para ustedes, pero prefiero dártelo a ti primero — ella sacó una carta, esta carta estaba envuelta en un lazo rojo, la mire confundida pero al ver de quien era, una presión en mi pecho apareció — tu padre me dijo que cuando sus hijos cumplan dieciocho años les diera la carta.

—¿Sabes que es? — pregunté, ella negó alzando los brazos.

—Solo me dijo, asegúrate de dárselos en persona — respondió — te dejo sola.

Me alejé de la casa y me adentré en el bosque, vi que no había nadie cerca y abrí la carta.

Scarlet...

Hija, se que prometí salir de la cárcel, prometí estar de nuevo en casa junto a tus hermanos y junto a ti. Lamento mucho no poder cumplir esa promesa, lamento no poder haber celebrado tus dieciséis años, lamento tantas cosas hija mía pero sobre todo lamento no poder celebrar tus dieciocho años.

Me imagino viéndote sonriente al lado de tus hermanos, los cuatro celebrando sus dieciocho años, mis cuatrillizos favoritos. Mis más grandes tesoros: Francisco, Edgar, Marcus y tú Scarlet, aquella niña que defiende a los suyos hasta la muerte, aquella niña que a simple vista parece inocente pero sabe perfectamente cómo esconder un cadáver y no dejar rastro.

Scarlet eres mucho más fuerte de lo que crees, eres alguien alguien con mucho potencial, tu mantienes a tus hermanos tranquilos porque aquí entre los dos sabemos que ellos son capaz de matar a todos solo porque los miraron ;)

Eres alguien hábil, inteligente, audaz y sobre todo hermosa, hermosa por fuera y por dentro; jamás olvidaré aquellos ojos azul celestino que heredades de mi.

Una vez tu madre me dijo: "Scarlet es idéntica a ti" y eso me dijo la primera vez que te cargo, en el hospital, y poco a poco fui entendiendo que si era cierto, tu forma de pensar, actuar, hablar, expresarte, eres idéntica a mi, por eso tienes que tener cuidado.

Estando en la cárcel descubrí bastante cosas, cosas muy peligrosas, Scarlet tu y tus hermanos corren peligro, peligro de muerte, y no, no es alguien del exterior, es alguien de la familia, alguien quiere verme muerto y lo está logrando, lamentablemente aún no sé quién es esa persona.

Hija cuídate mucho, por favor, cuida a tus hermanos y a ti.

Te quiero cielo.

Atte: Tu padre, Alonzo Frost.

Cerré la carta y la guardé en mi bolsillo interno, limpié las lágrimas que habían caído por mis mejillas.

¿Por qué esperar tanto tiempo, padre? ¿Quién es esa persona que te inculpo? ¿Quién pudo haberle hecho eso? ¡¿Quién?!.

Escuché una rama romperse detrás de mí, volteé y me encontré con...

¡¿Qué mierda hace aquí?!

Scarlet FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora