Scarlet
Salgo de la clase de computación luego de dar mi examen y me dirigí hacía la biblioteca, un lugar donde puedo leer tranquila sin ser interrumpida, al llegar me siento en el lugar más alejado de todos y empiezo a leer; todo iba bien hasta que claro la gente normal no entiende que cuando alguien lee no desea ser interrumpido.
—Hola ¿qué haces? — escuche preguntar una voz masculina, Matteo Mendoza.
—Alimento a mi tiranosaurio rex ¿no es obvio? — cuestioné con sarcasmo.
Él se sentó a mi lado y no dijo nada, lo cual agradezco ya que pude seguir leyendo tranquila, pero sentía su mirada sobre mí —¿Deseas algo más?
Él negó —No, bueno sí — contestó —¿tú y Antonio son algo?.
—Somos seres vivos — contesté con ironía.
—Scarlet, no estoy jugando — contestó de mala manera.
Baje mi libro y volteé a verlo —¿Por qué? A mí me gustan los juegos.
Él me dio una mirada cansada —Scarlet habló en serio.
—Y yo también hablo en serio Matteo cuando digo que te alejes de mi — conteste y me pare — aléjate de mi Matteo.
—¿Y si no, qué? — se paró y se acercó a mí — ¿qué harás?.
—¿Me estás amenazando Matteo? — pregunte extrañada, este imbécil no sabe con quién se está metiendo — ¿a mi?.
Él negó —Tú qué crees.
—Creo que si no te vas ahora saldrás lastimado — dijo Antonio poniéndose a mi costado y agarrándome de la cintura— Matteo, lárgate antes que te golpeé.
— No me iré, al menos que ella me lo pida — contestó Matteo retando a Antonio.
Vaya este lado de ti no lo había descubierto Matteo, pero aunque me agrada tu lado retador y desafiante, ante Antonio mantén tu postura de niño bueno, pues Antonio no es quien aparenta ser.
— Matteo, vete — contesté, él me miró extrañado — ¿no escuchaste? largo.
Francisco
—Lo mandaste al matadero — contestó Marcus, luego de haberle contado lo que hice — ¿por qué lo hiciste?.
Reí levemente —Estaba aburrido y quería ver un poco de acción.
—¿Acción o sangre? — cuestiono.
Alce los hombros — Ambos — respondí; recosté mi espalda en el respaldar del asiento y llevé mis manos hacia mi cabeza — ¿no estaba bonito el día?
— Para un sociópata como tú, todos los días esta bonito siempre y cuando alguien salga lastimado — contestó Marcus.
—Tú también tienes tu lado sociópata, y me atrevería a decir psicópata, solo que sabes controlarlo — respondí — al igual que yo, solo que yo dejo que aquel sea libre como el viento y peligroso como el mar.
—Sí y gracias a esa libertad que le das mucha gente murió, gente inocente — contestó Marcus.
—Ay, por favor Marcus, no es que quise que aquella gente inocente muriera — contesté defendiéndome — fueron daños colaterales, así es como lo llama la abuela.
Él rodeó los ojos — Vaya daños colaterales entonces.
—¿Verdad que sí? — pregunte con diversión — en fin, hermanito ¿alguna chica en tu mente?
—No.
—¿Por qué no?
—No lo veo necesario — respondió.
—Tenemos diecisiete años y dentro de unos meses cumpliremos dieciocho años y aún no pierdes tu virginidad — comenté y él me miró confuso — ¿o me equivoco?
—Si, te equivocas, el hecho de que no presentara a ninguna saliente no significa que no haya perdido mi virginidad — dirigió su vista hacía su laptop — idiota.
—Te escuche.
—Ese era el punto.
—Te puedo presentar algunas chicas — comenté y él me dio una mirada cansada — está bien, solo decía nada más, ¿encontraste a Anonymous?.
Él negó —Encontré desde donde lo publicaron pero no a la persona.
—¿Y desde donde lo publicaron? — pregunté.
—Desde China — contestó, lo miré confundido.
—Eso no puede ser, en China no hemos matado a nadie — hice una pausa — bueno sí, pero no dejamos rastros ni cabos sueltos.
—Eso mismo pensé — contestó.
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Scarlet Frost
Novela JuvenilLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...