¨ 63. Sin palabras ¨

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Scarlet

Matteo cortó la llamada y dejó el teléfono a un lado sin despegar su mirada de mi, ladee mi cabeza y sonreír — Vaya, no espere así la bienveni—

Y antes de que pueda terminar la frase él ya me había besado, di un pequeño brinco envolviendo mis pies en su torso, sus manos recorrieron mis muslos provocando que solté un pequeño gemido, él camina y camina pero no me importa en realidad a dónde se dirige, solo me importa no despegar nuestros labios, poder sentir sus dulces labios; nuestros besos son apasionados, ninguno se quiere despegar del otro; extrañaba poder sentir sus labios contra los míos, como se mueven en sincronía, sin despegarse ni por un segundo o como nuestras lenguas se encuentran y juegan es realmente maravilloso.

¡Joder! Te extrañaba tanto Matteo. Te extrañaba Bonito.

Cuando me doy cuenta estamos entrando en su habitación, me bajo y lo obligó a sentarse en su cama, me siento encima de él y sus manos están en mis caderas, apretándolas como si su vida dependiera de ello; empiezo a hacer movimientos circulares sobre su regazo y él con sus manos hace que mis movimientos sean rápidos, pero lo contradigo, haciendo que mis movimientos sean lentos y profundos, escuchó como él suelta un gruñido al contradecirlo; luego de estar así durante minutos y escucharlo soltar pequeños gruñidos y jadeos, siento como nuestro beso se vuelve salado, acaso... acaso Matteo ¿estaba llorando?; despego nuestros labios, abro los ojos frunciendo el ceño y él también los abre solo que él tiene los ojos rojos.

Con mis dedos pulgares limpio sus lágrimas — Estoy bien, estoy acá... contigo.

Él no dice nada y solo me abrazó escondiendo su rostro en mi cuello, envolviendo sus brazos en mi torso; verlo así me da pena y me siento muy mala persona, digo, si lo soy pero me refiero a que fingí mi muerte aún sabiendo todo lo que él estaba pasando, y luego cuando lo estuve vigilando me enteré que Kevin se iba a ir del país, y que Matteo y Noah ya no eran mejores amigos; Matteo lloró durante algunos minutos hasta que se despego de mi cuello, sostuvo mi rostro y besos mi nariz.

Ok, no esperaba eso, de hecho ni siquiera sé cómo sentirme; sentí como mis mejillas se pusieron rojas y no sabía qué hacer. 

¿Que mierda se supone que tenga que hacer? 

¡Mierda! Te odio Matteo por hacerme sentir estas cosas inexplicables.

Scarlet FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora