Scarlet Frost

¨ 97. ¡Scarlet! ¨

Scarlet

Nuestro beso era salvaje y lleno de deseo, sus manos pasaban por toda mi espalda buscando el cierre de mi vestido, al encontrarlo Matteo no dudo en bajarlo por completo dejándome semidesnuda; mis manos fueron bajando por todo su torso desabotonando cada botón que encuentre; obligue a Matteo a echarse en la cama, él obedeció y empecé a lamer todo su torso, al llegar a su pelvis empecé a dejar chupetones; note como él se estaba mordiendo el labio inferior prohibiendome escuchar sus melodiosos gemidos; separé mi boca de su pelvis para atacar su cuello.

— Dejame oírlos — murmuró contra su piel — déjame oír tu gemido.

— ¡Scarlet! — grito en un gemido — Sca-carlet.

Empecé haciendo movimientos circulares sobre su regazo, las manos de Matteo apretaron mi trasero guiandome en los movimientos, mientras que él apretaba mi trasero, con mi mano logré agarrar unas esposas. Bonito, aquí viene tu sorpresa.

Tome la mano de Matteo, primero la izquierda, pase la otra esposa por detrás del cabecero de la cama de Matteo y luego la otra mano; él intentó volver su mano hacía mi trasero pero no pudo, pues las esposas lo impedían, me senté encima de él aun haciendo los movimientos circulares sobre su regazo.

— Linda ¿qué es esto? — preguntó refiriéndose a las esposas.

— Nada, solo una pequeña venganza — respondí — te acuerdas cuando te dije ¨Cuantas tengas ganas no te haré caso¨, pues adivina quien ahora tiene una gran erección — una sonrisa amplia se formó en mis labios viendo como Matteo fruncía el ceño.

— Linda, por favor — suplico Matteo.

Negué — No, bonito, por todas aquellas bromas que no vengué, por todas aquella falsas esperanzas que me diste de que íbamos a follar — deje de hacer movimientos en su regazo y me pare de la cama.

— Linda, está bien tu ganaste, pero quítame las esposas, por favor — dijo mientras movía sus manos.

Negué — No — respondí para luego salir de su habitación.

— Scarlet... Scarlet... ¡Scarlet! — grito.