Scarlet
Despierto en los brazos de Matteo, y lo primero que hago es observar su rostro, cada detalle, hasta lo más mínimo, quiero recordar todo de él.
Su suave y sedoso pelo castaño oscuro, sus delgados labios rosados, su nariz respingada, sus ligeras notables pecas las cuales adornan perfectamente su nariz.
Es realmente hermoso.
No quiero irme, no deseo hacerlo, no quiero terminar con él, no quiero que lo nuestro acabe.
¡Puta madre! ¡¿Como carajos es que sobreviviré sin poder estar cerca de Matteo?! ¿Sin mi bonito?.
Me paro y salgo del cuarto sin hacer bulla, al llegar a la sala guardo mis cosas en mi mochila, la cual traje ayer por la noche; al terminar mi celular vibra.
Marcus:
Scarlet, tenemos a Mark.
Yo: De acuerdo. ¿Puedes venir a recogerme?
Marcus:
Estoy allá en 15 minutos.
Guardo mi celular y subo al cuarto de Matteo, al llegar me acuesto a un lado de él y no puedo evitar soltar algunas lágrimas; Matteo me abraza y coloca su cabeza en mi pecho, su brazo envuelve mi cintura y yo empiezo a hacer mimos en su cabeza; limpio mis lágrimas y sostengo el rostro de Matteo obligándolo a verme; él abre los ojos ligeramente frunciendo el ceño.
— Te amo — murmuró forzando a mi voz, intentado que no suene rota, ni débil y logró conseguirlo pues Matteo no sospecha nada — jamás lo olvides.
— Yo también te amo linda — respondió en un ligero murmuró.
Deposito un corto beso en sus labios y Matteo vuelve a colocar su cabeza en mi pecho para seguir durmiendo.
Varios recuerdos vienen a mi mente, varios escenarios, todos los momentos que pase con él, todos aquellos únicos e inigualables momentos; mi mente me traiciona y empiezo a imaginar escenarios los cuales me gustaría vivir con él, ambos entrando juntos a la universidad, ambos viviendo en un departamento en Londres; ambos felices, lejos de todos y de todo.
Luego de estar varios minutos de estar así, torturándome mentalmente, llegó el momento, el dolor momento de alejarme de irme; me paró lentamente sin hacer ruido y logró salir del cuarto para posteriormente salir de la casa; al salir veo a Marcus sentado en la moto.
— Lo hice — murmuré viendo la casa de Matteo desde afuera — me despedí de él.
— Era lo mejor hermanita — contestó entregándome el casco.
Me colocó el casco y subo a la moto, abrazando a Marcus por detrás para evitar caerme en el transcurso; Marcus enciende la moto y empieza a manejar directo hacía casa.
Adiós bonito, prometo jamás olvidarte. Lo prometo.
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Scarlet Frost
Roman pour AdolescentsLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...