Matteo
Había descubierto la verdad, había descubierto a lo que se dedica mi madre, y no, no se dedica a comprar propiedades lujosas y venderlas a extranjeros, mi madre se dedica a algo mucho peor; ella transporta droga y altera números en empresas reconocidas, y todo eso lo hace con identidades falsas, las cuales las encontré en el ático.
Iba a encarar a mi madre, estaba decidido y no había vuelta atrás, solo tenía que esperar que ella llegara de su reunión; escuchó el tintineó de las llaves afuera de casa, así que solo giró el sillón en dirección hacía la puerta.
La puerta se abre —Hola cariño, ¿cómo has estado?.
—Decepcionado madre — me paré tomándola por sorpresa — así me encuentro al enterarme de que mi madre transporta droga y altera números en empresas reconocidas y todo eso lo haces con identidades falsas, las cuales encontré en el ático.
Ella se tensó —¿Qué? Hijo creo que muchas películas vez.
—Yo también pensé eso, incluso pensé que estaba drogado, pero no, ya que yo no he consumido drogas en toda mi vida e incluso llegué a pensar que era una broma de muy mal gusto — retrocedí unos pasos y saque los documentos y las falsas identidades de mi madre.
Ella frunció el ceño —¿Y qué piensas hacer? ¿Decirle a la policía? — se cruzó de brazos y se acercó a la mesa.
—Sí, le diré todo a la policía — caminé directo hacia la puerta, pero me detuve pues lo que dijo mi madre jamás se me habría pasado por la cabeza.
—Matteo, tú le dices a la policía y te juro que me olvidaré que eres mi hijo — me detuve en seco sin poder creer lo que había escuchado — y te aseguro de que no me temblará la mano a la hora de apretar el gatillo.
—No te creo capaz madre — dije intentando no sonar débil pero mi voz me traicionó.
—Soy capaz de todo, así que no me retes Matteo — ella se sirvió vino— ¿deseas comer pizza o sushi?.
—No deseo nada, saldré a caminar.
Jamás me esperaría algo como eso, jamás esperaría que mi madre me diga eso; necesitaba respirar, necesitaba salir de ahí, ¡Joder! Era mi propia madre quien me había amenazado con matarme; estuve varios minutos caminando por el bosque, pensando, llorando y maldiciendo a las pequeñas piedras que me encontraba en el camino, hasta que lamentablemente tuve que volver a casa.
Al llegar a casa no le dirigí la vista a mi madre, subí directo hacía mi habitación ignorando a mi madre y a Miguel, quien claramente ya sabía a lo que se dedicaba mi madre.
Por supuesto que él sabía a lo que se dedicaba realmente mi madre, si Miguel es como el perro guardián de mi madre.
Al entrar a mi habitación, me di una chica y lloré acostado en mi cama, hasta que poco a poco fui cerrando los ojos hasta quedarme completamente dormido.
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Scarlet Frost
Fiksi RemajaLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...
