Scarlet
— Te acuerdas de las reglas ¿cierto? — le pregunté a Matteo por tercera vez en la noche.
Él rió — Si linda, si me acuerdo tranquila — dijo agarrando mi mano — sé que esto es importante para ti y prometo no defraudarte.
Asentí. Hoy dentro de unos minutos es Año Nuevo y como es costumbre en mi familia todos nos cortamos la palma de la mano derecha y mientras sangras decimos las ocho reglas que hacen que los Frost permanezcan con vida y unidos.
Decir que estoy nerviosa describe mi situación actual, pues toda mi familia está reunida y Matteo se integrará a mi familia y eso no me incomoda, lo que me incomoda es que tal vez luego se arrepienta; mi madre da la señal para que vayamos saliendo al patio trasero, antes de que Matteo pueda avanzar sostengo su mano; él me mira confundido.
— Aún tienes tiempo para irte y no hacer esto — hablé, pues una vez que Matteo se corte la palma de la mano y diga las ocho reglas ya no hay vuelta atrás.
Matteo ladea su cabeza mirándome — Linda estoy más que seguro que quiero hacer esto — volví a asentir tragando saliva.
Nos acercamos hacía mi familia, ellos formaron un círculo y Matteo y yo nos integramos al círculo, de manera que quedamos en medio de Francisco y mi tío Mark; mi madre sacó la navaja familiar y se cortó la palma derecha, todos hicieron eso y cuando llegó mi turno no dude en cortarme la palma de mi mano, luego se la pase a Matteo quien la recibió y se cortó la palma de la mano y por último mi tío quien se cortó la mano con orgullo.
«Jamás actuamos solos.»
«Siempre buscamos venganza por los nuestros.»
«No nos ocultamos nada.»
«Siempre permanezcamos juntos.»
«Nunca revelamos información sobre otro miembro de la familia o información sobre alguna misión.»
«Siempre nos cubrimos las espaldas.»
«Jamás nos matamos entre nosotros.»
«Siempre somos leales a los nuestros.»
Mi madre fue la primera en abalanzarse hacía Matteo dándole la bienvenida a la familia, luego fue cada miembro de mi familia, mientras que ellos le daban la bienvenida a Matteo, Marcus me llamó a un lado para que nos podamos alejar de todos.
— ¿Qué ocurre? — pregunte sin quitarle la mirada a Matteo.
— ¿Estás bien? — me pregunto Marcus, asentí, lo escuche bufar y lo mire confundida — mientes, estás muy tensa y tu mano aún sigue sangrando.
— Es normal — contesté — digo, me he cortado la palma es normal que sangre.
— Lo sé — respondió — me refiero que toda la noche has estado mirando a todos lados y no te has despegado de Matteo, como si tuvieras miedo de que algo o alguien salga de la oscuridad.
— ¿Miedo? ¿Yo a la oscuridad? — bufé — jamás le he tenido miedo a la oscuridad y créeme que no le tengo miedo ahora — contesté.
— Bien — Marcus se cruzó de brazos — si no le tienes miedo a la oscuridad entonces a alguien ¿a quien le tienes miedo Scarlet?.
Los fuegos artificiales me salvaron de responder aquella pregunta, mi madre animada dando la cuenta regresiva; sentí una mano jalarme del brazo y cuando me di cuenta era Matteo.
— ¡Diez! — grito mi madre mirando hacía el cielo.
— Te salve — murmuró Matteo — te cubrí la espalda.
— ¡Ocho! — grito mi madre.
— Si, lo hiciste — conteste mirando los ojos de Matteo.
— ¡Seis! — grito mi madre.
— Te amo Scarlet — dijo Matteo colocando sus manos en mi rostro.
— ¡Cuatro! — grito mi madre junto con Edgar.
— Te amo Matteo — contesté colocando mis manos en el rostro de Matteo.
Y nos besamos, uniendo nuestros labios en un dulce y apasionado beso; por tan solo segundos éramos solo él y yo.
Matteo Mendoza y Scarlet Frost.
Bonito y Linda.
Él y yo y nadie más.
Acabando un año e iniciando un nuevo año de la mejor manera posible, con un beso.
— Feliz año nuevo linda — murmuró Matteo contra mis labios.
— Feliz año nuevo bonito — dije de la misma manera.
Es increíble como en un año mi vida cambió por completo, de no creer en nadie y desconfiar de todos, termine confiando completamente en Matteo, de no creer en el amor termine encontrando al amor de mi vida Matteo.
— Te tengo una sorpresa — dije separando nuestros labios y sacando algo del florero, era un pequeño sobre, se lo entregué y él me miró confuso — solo mirarlo.
Él agarró el sobre con una sonrisa y al leer lo que había dentro grito de felicidad mientras me cargaba y me daba vueltas, yo envolví mis manos en su cuello mientras reía por la felicidad de Matteo, sentí varias miradas sobre nosotros; Matteo me baja y me llena la cara con besos para luego terminar un beso en mi boca — Te amo como no tienes idea.
ESTÁS LEYENDO
Scarlet Frost
Teen FictionLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...