Francisco
Luego de días de búsqueda sin descanso alguno, tenemos pistas de dónde podía estar nuestro famoso tío; le explicamos todo a Max, Owen y Charlotte, y como era de esperarse, accedieron a ayudarnos, digo, jamás tuvieron algún sentimiento agradable, siempre lo odiaron.
Mi madre junto con Michael se fueron del pueblo, pues luego de mucha insistencia mi madre accedió, así que ella ya se encuentra en otro país, posiblemente en otro continente lejos de California. Mientras este más lejos, mejor.
En el presente estoy en mi cuarto alistando todo, metiendo mi ropa en las maletas y algunas pertenencias valiosas; cada uno de mis hermanos están haciendo lo mismo, pues acordamos que una vez que demos el último paso, nos iremos de Phembrit ¿A donde? Aún no lo sabemos, solo queremos darle paz al alma de nuestro padre e irnos de este pueblo, aunque extrañare sus deliciosas comidas.
Mientras que nosotros alistamos nuestras cosas, Max, Owen y Charlotte buscan en donde podemos escapar, pues los vehículos han sido destrozados completamente, así eliminamos evidencia de cualquier crimen que pueda haber allí.
Luego de que terminara de alistar todo, pude descansar unos minutos en mi cama, claro, aunque ese descanso no duró mucho pues el grito de Edgar hizo que me levantara rápido y corriera hacía el primer piso, al llegar él estaba en la cocina y estaba chupando su dedo índice.
— Me acorte — dijo mostrando su dedo índice.
Suelto un suspiro y escucho a Marcus bufar — Yo volveré a dormir — dijo Marcus para luego volver a su habitación.
Saqué el botiquín de emergencia — ¿No me vas a preguntar qué me pasó? — preguntó Edgar mientras curaba su herida.
— ¿Qué te pasó? — pregunté rodando los ojos.
— Me corte cortando zanahoria — respondió.
— ¿Por qué cortas zanahoria, si es de noche? — pregunte extrañado.
— Es que tenía hambre — contestó y solo asentí.
Luego de terminar de limpiar la herida de Edgar, y cortarle la zanahoria para evitar otro accidente; estaba apunto de salir pero Edgar me hizo una pregunta que no esperaba.
— ¿Puedo ir contigo? — preguntó.
Volteó a mirarlo confundido por su pregunta — ¿A qué te refieres?.
— Luego de nuestro último golpe, ¿puedo ir contigo? — respondió, otra vez esa pregunta.
— ¿A qué te refieres con ¨puedo ir contigo¨? — pregunté recargándose en el margen de la puerta.
— Tengo ese presentimiento que luego del último golpe, cada uno se va a ir diferente lugar, y no quiero estar solo — respondió — ¿puedo?.
Asentí con una sonrisa leve — Si, si puedes Edgar.
— ¿En serio? — pregunto emocionado, sus ojos color celestes se iluminaron; volví a asentir — ¿te puedo abrazar?.
— No — contesté al instante, Edgar asintió con una sonrisa. — Que descanses.
Volví a mi habitación y me acosté en mi cama pero una pregunta invadió mi mente ¿Dónde está Scarlet? Si ella estuviera aquí, se hubiera despertado por el grito de Edgar, pero no apareció; me paró y fui corriendo hacía su cuarto.
Marcus ya se encontraba ahí, él al verme me muestra una pequeña nota:
Lo siento, tuve que salir de casa. No me llamen, no envíen mensajes, no insistan. No les contestare.
Atte: Scarlet Frost.
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Scarlet Frost
Fiksi RemajaLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...