¨ 86. Necesito su ayuda ¨

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Scarlet

Al leer el mensaje de Matteo no dude ni dos segundos y salí de casa, ignorando los gritos de mi madre pidiéndome que vuelva porque ya es navidad.

¡Puta madre con la navidad!

Subí al carro y manejé con velocidad hasta la casa de Matteo, en el transcurso note como todas las familias salían a reventar fuegos artificiales y otros a observar; idiotas si tan solo supieran que eso les incomoda a las mascotas, imbéciles.

Al llegar a la casa de Matteo estacione el carro como pude y baje corriendo, al entrar la escena que vi no lo esperaba para nada.

Matteo sostenía una botella una botella de vino rota, su ropa estaba ensangrentada, su rostro tenía heridas y pequeñas marcas de sangre, sus nudillos rotos, el cuerpo de Kevin estaba en el suelo tirado, sus ojos abiertos sin brillo alguno, su rostro tenía varias heridas y debajo de su cabeza tenía una charco de sangre y por último Anonymous, para ser específica Noah, su rostro estaba desfigurado e hinchados, todo su torso lleno de sangre y aun salía más sangre, él se encontraba echado en el sofá, sus nudillos estaban rotos.

¡¿Que mierda fue lo que pasó?!

Deje a un lado mis cosas y fije mi mirada en Matteo, su pecho subía y bajaba rápido, su mirada estaba perdida en los cuerpos — Matteo — mencione su nombre pero él parecía no reaccionar — bonito — mencione su nombre apodo con delicadeza y él volteó a verme, su mirada reflejaba miedo y angustia, una lagrima cayo por su mejilla para luego combinarse con la sangre que había en su rostro — ¿quieres darme esa botella, por favor? — preguntó señalando la botella que sostenía con fuerza; él asiente tembloroso y me la entrega, al yo tenerla en mi mano la pongo en el suelo y la pateó lejos — necesito que vengas hacía mí, con mucho cuidado de no tocar los cuerpos ¿de acuerdo? es fácil, solo tienes que mirarme fijamente a los ojos y mientras que me miras avanzas hacía mí — mientras repetía la última frase ¨hacía mí¨ Matteo caminaba directo hacía mí — bien, lo hiciste muy bien — dije.

— Linda tan solo yo—

— Tranquilo — murmuré y él sostuvo mi mano con fuerza, claro sin hacerme daño; agarré mi celular y él me miró dudoso — llamaré a mis hermanos, ellos nos ayudarán ¿esta bien? — él asintió y marqué a Francisco, lo puse en altavoz.

Francisco contestó — Hola hermanita. Feliz navidad.

— Necesito que vengas a la casa de Matteo ahora — y antes de que Francisco diga algo más corte la llamada, dejé mi celular a un lado y mire a Matteo — ¿alguien más está en la casa?

— Miguel — respondió.

— ¿Dónde está Miguel? — pregunté.

— Muerto — respondió — Noah lo mató y también mató a Kevin.

— Está bien — dije mientras lo analizaba con la mirada y entonces vi su abdomen, este sangraba — estas sangrando, siéntate en la silla iré por tu botiquín.

Antes de que pueda irme, él tomó mi mano — No me dejes Scarlet, no de nuevo por favor.

— No lo haré, lo prometo — respondí para luego salir corriendo hacía la cocina. Al llegar me encontré con el cuerpo de Miguel, este se encontraba lleno de sangre, cuando logre pasar el cadáver y busqué en el cajón de emergencia, saqué el botiquín y volví hacía Matteo, él ya se había quitado la camisa — esto te dolerá un poco, pero tienes que aguantar.

Preparé todo lo que necesitaba, gasas llenas de alcohol, aguja e hilo; empecé a curarlo, él se quejaba y apretaba su camisa con fuerza pero nunca puso resistencia, luego de terminar de curar la herida de Matteo, limpie alrededor de su herida y me aseguraré de que no tuviera ninguna abertura. Menos mal que aprendí a coser y que por un tiempo me llamó la atención la medicina. Vi a mis hermanos llegar y me acerqué a ellos.

— No hay tiempo para explicar porque yo tampoco sé qué ocurrió, pero necesito ayuda con los tres cuerpos — hablé.

— ¿Tres cuerpos? — preguntó sorprendido Edgar, asentí.

— Necesito su ayuda con los cuerpos, yo ayudaré a Matteo.

Scarlet FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora