Scarlet
—Se puede saber ¿por qué ayer te fuiste de la clase de Biología y con quien te fuiste toda la puta tarde? — preguntó Antonio prohibiendo abrir mi casillero.
—Salí de la clase porque querías tocarme sin mi consentimiento ¿te parece eso poco? — pregunte enojada — déjame abrir mi casillero Antonio, tengo clases.
—¿Con quién estuviste? — lo mire confundida — Ayer no estabas en tu casa y no contestas los mensajes, ni las llamadas que te deje ¿Dónde carajos estabas Scarlet?
—No es de tu incumbencia — contestó y él golpeó el casillero de al lado llamando la atención de todos.
—Scarlet ¿con quien estuviste? — dijo entre dientes.
—Con Matteo, con él estuve ayer toda la tarde y casi toda la noche ¿feliz? — contesté y me di la vuelta para salir cuando él me agarró del antebrazo que manía con mi antebrazo.
—Eres mía Scarlet — dijo Antonio agarrando con fuerza mi antebrazo — solo mía.
—¡¿Tuya?! ¡¿En serio?! — solté una carcajada.— Ni tuya, ni nadie imbécil, soy mía, me pertenezco a mi misma y soy demasiado mujer para ti, agradece y guarda en tu pequeña memoria que te permití estar a mi lado, porque dudo que en tu asquerosa y miserable vida vuelvas a tener a una mujer como yo— jale con fuerza mi brazo, sacándome de su agarre.
—Scarlet te ordeno que vengas acá, ahora — seguí caminando — ¡Scarlet ven acá!
Él gritó, me volteé — ¿Me ordenas? ¿Me estás ordenando?
—Si, ven acá — dijo molesto — ahora.
—Pues yo te ordeno que te largues de aquí — me crucé de brazos.
—No, tú no puedes ordenarme a mí Scarlet — dijo entre dientes mientras se acercaba a mí.
—Si, si puedo mandarte, estás en mi zona, así que sí, puedo mandarte ¿Deseas apostar? — dije mientras me acercaba a él, él se quedó callado mientras tensaba la mandíbula — eso pensé.—No eres la única chica en este mundo Scarlet — dijo, en sus ojos se reflejaba odio, odio puro — tengo más opciones.
Una sonrisa arrogante se formó en mis labios — A mi no me trates como opción Antonio, si me vas a tratar como una opción deja te muestro cuantas tengo yo.
—Son mejores que tú en la cama — contestó — gimen mi nombre por lo alto.
—¿En serio te crees bueno en el sexo? — reí abiertamente — cariño yo fingía mis orgasmos contigo — su sonrisa se desvaneció, me acerque a su odio — aléjate de mis hermanos, de mi, y sobre todo de Matteo.
—¿Qué te hace pensar que lo haré? ¿Qué te hace pensar que te haré caso? — murmuró desafiante.
Reí levemente —Oh, claro que lo harás o yo misma me encargare de hundir a tu familia y a ti — me aleje de él — recuerda que se los secretos más oscuros de tu familia.
—Igual yo, Scarlet, no me amenaces — murmuró, mirando mis labios.
Negué —No cariño, tú no sabes absolutamente ni una mierda, en cambio yo, yo sé todo.
Me di la vuelta y salí del colegio, es la tercera vez en la semana que me retiro del colegio sin asistir a la mayoría de clases, sí sigo así pronto llamarán a la abuela o mi madre, aunque entre ellas prefiero la abuela.
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Scarlet Frost
Roman pour AdolescentsLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...