Francisco
Han pasado dos días desde que Scarlet rompió todos los lazos con Matteo, y desde ese entonces ella para en su cuarto.
Mientras tanto con nuestro famoso tío Mark, él está atado y encerrado en el sótano, le estamos dando una miseria de comida, por el poco respeto que en algún momento le tuvimos.
— Deberíamos hablar con ella — habló Edgar interrumpiendo nuestro almuerzo silencioso.
— ¿Y qué le diremos? — contestó Marcus — nadie ha pasado por lo que ella está pasando.
— Pero es nuestra hermana. Nuestra melliza — respondió Edgar; Edgar como vio que no recibió ninguna respuesta bufó. — Iré a hablar con ella.
En cierta parte Edgar tiene razón, Scarlet es nuestra hermana y deberíamos animarla, tratar de hacerla sonreír, aunque sea por unos minutos, tal vez eso ayudaría; pero por otro lado Marcus tenía razón, ni él, ni yo pasamos por algo parecido a ella, o bueno, yo sí lo pase, tuve una relación pero eso fue hace mucho y termino de la peor manera.
— ¡Chicos! — grito Edgar, bajando por las escaleras — Scarlet no está.
Scarlet
Lo miro fijamente, él luce inconsciente, sentado y atado a una silla de fierro, está atado con una soga fuerte y con cinta de embalaje; su rostro tiene heridas, pero no las suficientes para que quede completamente desfigurado; me incorporó y me dirigí a la parte trasera de la silla, al llegar empiezo a hacer masajes en sus hombros; él empieza a despertarse lentamente.
Mi tío gruñe un poco — ¿Scarlet? — pregunta observando mis manos.
— Sabes que Mark — empecé a hablar aumentando la fuerza en los masajes — jamás entenderé porque lo hiciste, porque inculpar a tu hermano de 15 muertes, ambos eran unidos, eran el típico dúo inseparable.
— S-scarlet me lastimas — murmuró soltando un gruñido de dolor.
— ¿Y tu crees que me importa si te lastimo? — hable molesta aumentando la fuerza — tú mataste a mi padre, me quitaste a mi padre y no te importo cuando sufriría, y piensas que me importa tu dolor — comente y solté una risa sarcástica — no me jodas Mark — murmuré contra su odio y aumente la fuerza.
— Scarlet suéltalo — Francisco me agarró y me alejó de Mark.
— Suéltame — dije empujándolo y cuando me doy cuenta ya estoy afuera del sótano, lejos de ese imbécil.
— ¿Qué carajos te ocurre? — pregunta Francisco frunciendo el ceño.
— Quiero acabar con él — respondí — ese fue el objetivo desde el principio ¿o qué? ¿estás de su lado?.
— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Jamás! — respondió — Scarlet, calmate ¿ok? estás alterada, mejor duerme un poco — habló acercándose a mi.
— Aléjate de mí — lo apunte con un dedo — aléjate que soy capaz de matarte.
— ¿Qué harás Scarlet? — pregunto dando un paso hacía atrás.
— Matarlo, lo que debí hacer desde un principio — respondí.
Sentí un incon en mi cuello, volteé a ver y era Marcus, quien sostenía una aguja; retrocedí confundida y casi me tropiezo pero los brazos de Francisco me sostuvieron, de pronto empecé a ver todo borroso, las voces se escuchaban lejos y entonces supe que me había inyectado Marcus. Anestesia.
— Pudrete Marcus.

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Scarlet Frost
Teen FictionLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...