Francisco
Luego de tomar un vaso de agua volví al cuarto donde me esperaba aquella belleza, me acosté a su lado — ¿Cómo estás?.
—Bien — ella se dio la vuelta dejando ver sus pechos desnudos — ¿y tú?.
—Bien — acaricié su cabello — ¿Oye...es cierto que hablas con Antonio?.
Ella asintió mirando mis labios — Si, aunque es un idiota.
—¿Por qué? — pregunté.
—Bueno para empezar...
Y así fue como aquella chica rubia, la cual no me aprendí su nombre ya que no le vi importancia, empezó a decirme las millones de razones del porque Antonio era un idiota y no la culpo, en verdad Antonio es un idiota, cada letra le queda a la perfección.
Luego de que la chica rubia me terminara de contar las razones, lo hicimos un par de veces más hasta que ella quedó exhausta, salí de la cama con mucho cuidado, me cambié y dejé una pequeña nota.
"Hasta luego. Recuerda no hay compromiso, disculpa no soy bueno con las despedidas."
Y es en verdad no mentía, no soy bueno para las despedidas, jamás lo fui y creo que jamás lo seré, pero mínimo dejé disculpas, podré ser un asesino y un poco psicópata, pero los modales jamás tienen porque faltar. Al llegar a casa fui directo hacía el sótano donde mi hermana ha estado ahí durante todo el fin de semana, pues su ex pareja, Antonio Meyer, vino a Phembrit a joderle la vida.
Debí matarlo con mis propias manos cuando pude.—Ya lo tengo — dije entrando al sótano y encontrándome con Scarlet apuntando en el pizarrón mientras bebía una cerveza y a Marcus en su laptop.
—¿Tienes todo lo que te pedí? — preguntó Scarlet sin despegar su vista de la pizarra.
—Si.
—Dime lo que conseguiste — dijo dejando su cerveza a un lado y alejándose dos pasos de la pizarra para tener mejor visión de esta.
Empecé a contarle todo lo que aquella chica rubia me dijo. Rayos debo aprender los nombres de las chicas con las que me acuesto, aunque son varias... mi cerebro no necesita esa información innecesaria. Luego de contarle todo a Scarlet ella solo asintió para luego terminar toda su cerveza.
—Gracias — dijo con una sonrisa de boca cerrada.
—De nada, por cierto ¿encontraron quién es Anonymous? — pregunté, pues Anonymous fue quien dijo sobre Antonio.
Marcus negó — En eso ando, en sí es difícil ver quien publicó, ya que fácilmente pudo haber sido cualquier persona o personas, pero sí podemos rastrear desde donde lo publicaron y desde qué dispositivo — respondió.
—De acuerdo.
Me quede ahí en el sótano junto a Scarlet y Marcus, no tenía nada importante que hacer así que decidí quedarme, Edgar llegó y lo pude notar un poco decaído, Marcus también lo tomó y se que Scarlet también, y aunque ella no haya volteado su instinto femenino le advierte.
Scarlet se voltea y apoya sus manos en la mesa — ¿Qué ocurre Edgar?.
Edgar se quedó callado y eso aumentaba las ansias de saber que es lo que le ocurría — Kevin me estuvo utilizando solo para privilegios que da nuestro apellido, a veces suelo odiar nuestro apellido — contestó Edgar.
Scarlet se enderezo — Uno, vuelve a decir que odias nuestro apellido y yo misma te corto la garganta — dijo enojada, di un paso atrás y Marcus alzó la vista de su laptop, pues Scarlet enojada hasta el diablo se pone a rezar.— Dos, ¿En serio llegaste a sentir algo por él o solo te acostumbraste a su presencia? — la mirada de Edgar ya no reflejaba tristeza, ahora solo reflejaba duda y eso Scarlet lo noto — ordena tus emociones y ponlas en lugar... recuerda que tu eres el que manda, no tus emociones a ti.
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Scarlet Frost
JugendliteraturLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...