Matteo
Como se volvió costumbre mía ir al colegio temprano solo que permanezco en la cancha deportiva la cual está al aire libre, me recuesto en las banca y un momento viene a mi cabeza, el salón de teatro, siento mis mejillas arder al recordar aquel maravilloso momento.
Mierda esa vez si perdí mi autocontrol.
Scarlet es una chica maravillosa y en los meses que la voy conociendo puedo confirmar eso, ella fue la única que no se alejó de mí aún estando el post presente, aún recibiendo las miradas juzgadoras por parte de los profesor y alumnos; mi celular vibra.Scarlet:
Aún es temprano para estar en la loza deportiva ¿no?.Yo: Bueno, la última vez que llegué tarde perdí a mis mejores amigos, pero... ¿cómo sabes que estoy en la loza deportiva?.
Scarlet:
Por qué te observo.Alcé mi mirada y ahí venía ella, con dos cafés en mano, ella subió las gradas y se sentó a mi lado, me entregó el café y ambos empezamos a beber, ninguno dijo nada y un silencio se formo, no era un silencio incomodo, era un silencio cómodo, un silencio hermoso; dirigí mi vista hacía ella quien miraba hacia el frente, el aire frío de invierno pegando su cara haciendo que su pelo se alcé dejando ver un tatuaje detrás de su oreja, aquel tatuaje era una rosa roja.
—¿Qué significa ese tatuaje? — pregunté.
—Cuando mi padre falleció solo miembros importantes para él fuimos a su funeral, mis hermanos y yo tiramos rosas rojas, así que en su memoria me tatué una rosa roja, cada uno de mis hermanos también tiene una — contestó para luego darle un sorbo a su café.
—Debió dolerles mucho su pérdida — comenté.
—La más afectada fui yo — contestó — lo ví morir.
No sé qué responder ante eso, nunca pensé que ella fuera a pasar por eso, luego de cambiar de tema y conversar un rato más con Scarlet, entramos al colegio y todos murmuraban cosas; las primeras cuatro horas de clases pasaron y todo iba bien, de hecho podría decir que este día iba correctamente bien.
—Te tengo una propuesta — comentó Scarlet, cerré mi casillero y ella estaba recostada en el casillero de al lado.
—Me encantaría oír tu propuesta — dije.
—Seamos follamigos, nada de compromiso solo sexo y amistad — dijo Scarlet mirándome directo a los ojos — ¿o tienes miedo a enamorarte?
¿Miedo? No miedo no, si ya estoy enamorado de tí incluso antes de que hablaros por primera vez, negué —¿Miedo? ¿Yo? para nada.
—Bien, ¿entonces es un trato? — preguntó extendiendo su mano hacia mí.
Asentí — Sí, es un trato — estrelle nuestras manos pero ella jalo mi mano y unió nuestros labios, en un cálido y ardiente beso.
—Hasta luego follamigo — dijo para luego salir por el pasadizo del colegio.
Volteé a ver ya que sentí varias miradas sobre mi, y efectivamente, el equipo de baloncesto y algunos compañeros hombres me miraban sorprendidos mientras que otros tenían el ceño fruncido; pero sin duda alguna quienes llamaron mi atención fueron Kevin y Noah quien me miraron y solo asintieron, o bueno, Kevin solo asintió Noah traía el ceño fruncido.
No esperaba aquel beso, pero sin duda alguna el sentir el sabor cereza de su labial hace que mi día mejore en tan solo segundos.
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Scarlet Frost
Genç KurguLos Frost Una familia adinerada, misteriosa y según las malas lenguas, también peligrosa. Después de 10 años en Alemania, los miembros de la familia deciden volver a su lugar de nacimiento, un pequeño pueblo llamado Phembirt, sin embargo no será fác...