♕ 18. Nuestro Autocontrol ♕

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Scarlet

—Caí en una broma — escuche decir a Matteo y luego lo ví tirar su cabeza hacía atrás.

Todo estaba oscuro pero gracias a los entrenamientos que tuve de pequeña estoy acostumbrada a la oscuridad; camine con mucho cuidado de no hacer ruido para eso me quite los tacones, al llegar a Matteo me senté encima de su regazo tomándolo por sorpresa.

—O tal vez no — murmure.

Lo escuché tragar saliva — S-scarlet ¿que haces?.

Empecé a hacer movimientos circulares sobre su regazo — ¿Por qué no das el siguiente paso?

Su respiración empezó a hacerse cada vez más profunda — ¿A qué te refieres con dar el segundo paso? — preguntó.

—Por favor Matteo, ambos sabemos a qué nos referimos — empecé a hacer movimientos más rápidos, él puso sus manos en mis caderas profundizando los movimientos — ¿no quieres perder tu autocontrol, cierto?

Él asintió — Ujum.

Me acerque a su oído — Matteo — gemí su nombre en su oído.

—Scarlet — dijo mi nombre en un jadeo.

— Nuestro autocontrol tiene un límite y también tiene necesidades de romperse, Matteo — empecé a simular embestidas, él soltó un gemido y dijo mi nombre — ¿te gusta, cierto? te gusta que te provoquen, que te calienten, ¿te gusta, no?.

Él asintió mientras movía mis caderas de arriba hacia abajo — Si, me gusta.

—Perdamos el autocontrol juntos Matteo.

Matteo

Nuestros labios se unieron y segundos después también nuestras lenguas, era un beso lleno de lujuria y todos esos sentimientos sexuales, era una sensación nueva y maravillosa, Scarlet besaba tan bien y nuestros labios se sincronizan tan bien, como si estuvieran hechos para eso.

Quiero más, todo el autocontrol que tenía se está yendo a la mierda al tener encima a la mujer más bella y sexy del mundo. Scarlet paseaba sus manos por mi pecho y abdomen, para luego empezar a desabotonar mi camisa, cuando terminó empezó a dejar besos húmedos desde mi clavícula, luego en mi cuello y mandíbula, esto es el cielo.

Lleve mis manos al inicio del cierre de su vestido para bajarlo lentamente mientras ella seguía dando lamidas y succiones a mi cuello.

Dejará marcas, estoy seguro y eso me está encantando.

Cuando el cierre llegó al final, pase mis dos manos por su espalda, para después sacar sus brazos de las mangas del vestido, me di el tiempo de apreciar su cuerpo, la mitad de arriba solo se encontraba cubierta por una fina tela de lencería negra y realmente no sabía si sentirme más excitado al ver que le queda super bien o sentirme más frustrado al querer ver más de ella.

—¿Quieres que me lo quite?— dijo Scarlet sacándome de mis pensamientos.

—¿Qué? — respondí desorientado.

—¿Quieres que me quite el brasier? — manifestó pasando sus manos encima de la tela.

Joder es muy tentador de su parte hacer eso.

—O quieres quitarlo tú— dijo ahora con un dedo y la mirada fijada en mi abdomen.

Obvio que quiero quitárselo yo.

Puse mis manos en su trasero y lo apreté haciendo que soltará un gemido y también que se acerque más a mi— Yo lo hago— hablé cerca de su oído para luego empezar a subir mis manos hasta el broche de la pieza y desabrocharlo e ir quitandolo lentamente — joder— dije inconscientemente.

—¿Te gusta lo que ves?— pregunta Scarlet.

—Me encanta— respondí para enseguida pasar mis manos por sus pechos, ¿Existe algo mejor que esto? No, no creo.

—Ma-matteo.

—Scarlet, eres arte.

Quite la parte superior del vestido, Scarlet ahora solo se encontraba en bragas.

—Esto es injusto, — hizo puchero — tienes más prendas que yo.

—¿Así? Quita lo que quieras princesa.

—A eso iba — respondió con una sonrisa pícara, después se levantó de mi regazo y se arrodilló delante mío, desabrochó mi pantalón para prontamente sacarlo con ayuda mía.

Empezó a dejar besos en mi abdomen para ir bajando hasta mi miembro, el cual lamió por encima del boxer y Oh mierda, siento que va a explotar en cualquier momento.

Scarlet quitó mi bóxer dejándome completamente desnudo, luego tomó mi miembro en sus manos y empezó a masturbarlo, pasaba sus manos por el largo para luego sobar la cabeza, sus ojos clavados en mi ojos, tenía una mirada tan inocente, me sentía tan excitado. Estuvo unos minutos así hasta que sentí explotar, así que le dije que se levantara, ella se puso de pie y yo quite sus bragas dejándola desnuda.

Scarlet volvió a sentarse en mi regazo empezando hacer movimientos circulares.

Llevé mi mano a su entrepierna, encontré su clítoris y empecé a estimularlo mientras ella soltaba jadeos.

—Mi-mierda, Matteo.

—Suena tan sexy que digas mi nombre.

—Sigue.

—¿Quieres más?

—Si.

Quité mi mano para luego agarrar mi miembro, ella levantó las caderas, estábamos listos, queríamos esto, quería estar dentro de ella y ella quería sentirme dentro, maldición ella quería sentirme dentro y eso es lo mejor.

Y...

Y no pasó por qué una maldita alarma de incendios empezó a sonar así que nos levantamos y nos pusimos la ropa rápidamente para luego salir corriendo.

Scarlet FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora