“Amnistía”
ALEX DONNOVAN
—Me duele todo.
Pero todo y hasta los pelos.
Dejo mi bolso en el piso de mi cuarto, tiro los zapatos y me lanzo directo en la cama.
—Gajes del oficio, beba —los ojos de Pía se asoman por el marco—. ¿Vas a comer algo?
Me enderezo haciendo que mi columna se descontracture en crujidos.
—¿Lula ya llegó?
Me niega con la cabeza y ya me entra la molestia. Seré una tóxica de mierda pero no me gusta saber que se va a ver con ese tipo.
—Siempre que sale con el fulanito este se pierde hasta la noche —se encoge de hombros—. Entonces... ¿Cenamos sushi?
La pregunta me sonsaca una sonrisota.
—Termino el proyecto de mañana y voy para el living.
—¿Te vas a demorar mucho? —su ceja dorada se arquea—. Porque si vamos al caso son sólo tres preguntitas bien básicas.
—Ya sé —me masajeo la planta de los pies, haciendo muecas de dolor al rozar mis yemas en las ampollas que me salieron en los talones—. Pero no me olvido de que esas tres preguntitas básicas las hace un cabrón que le va a buscar el pelo al huevo para dejarme mal calificada.
—¡Uy, uy, uy! —se ríe bailoteando bajo el umbral—. Si no te conociera pensaría que te estás esmerando para ganarte al profesor Jankins.
Ruedo los ojos y le lanzo un almohadón.
—Pero me conoces lo suficiente y sabes que no me esmero en ganarme a nadie. Que me esfuerzo para que ningún idiota me ponga en ridículo.
Después de lo del capó de su Camaro estoy cien por ciento jugada a mostrarle la mejor versión de mí. No por él, por mí. Porque Alex Donnovan vale cada maldito beso, cada palabra o halago, y cada revolcón.
—Claro... —retiene la risa— ¿Salmón o vegetariano?
Se está conteniendo de decir lo que en verdad piensa y en cierto modo es mejor que no lo haga.
Va a empezar a divagar, su mente se va a ir a Plutón y dirá estupideces como «te gusta» «te vamos a perder» «te llegaron las malditas mariposas al estómago» y toda esa fantasía que sólo nace en la cabeza de Pía Lorenzi y que es puro disparate.—De los dos —le contesto—. Y que sean treinta piezas porque estoy con un hambre voraz y letal.
—Bien —antes de irse me devuelve el almohadón que le aventé—. El fin de semana nos mudamos de departamento. No te olvides de ir empacando.
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Dancing in the Darkness © +21
General FictionLIBRO 1 DE LA SAGA DEVIL'S DANCE Harta más que acostumbrada, a vivir bajo la sombra de sus hermanos decide mudarse a Mónaco con el pretexto de renovar sus rumbos, inscribirse en una nueva Universidad y culminar su maestría en psicología. Mujer de t...