Reto para nueva Actualización
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1000 comentariosRecta final... Últimos 3 capítulos
"The Beginning of the Decline"
La tarjeta de la suite abre el penthouse y por vigésima vez vuelvo a hacerle la misma pregunta...
—¿Estás bien?
Palmea mi glúteo para que entre primero y me escolta, siguiéndome de atrás.
—¿Desde cuándo tanta preocupación?
Me pasa por al lado, despojándose del Rolex. Reloj fino que deja sobre la mesilla al igual que las llaves de su rentado Camaro.
Su obsesión por los Camaro es tan perturbadora como la obsesión que tiene conmigo.
—Podrá no notarse, pero siempre me preocupo.
—¿Por mí? —su risada es hiriente. Que ponga en duda que no soy sólo guerra y ofensa es hiriente—. Por favor.
Se saca la camisa del orillo del pantalón y empieza a desprenderla, quitándosela, haciéndola un bollo y aventándola al sofá de dos cuerpos.
—Es una tela muy costosa —le observo, sopesando que a la mañana su ropa será pura arruga.
—Está manchada con la sangre de ese sucio —sisea de malas—. La seda satinada queda inservible después de eso.
Me saco los tacones perdiendo unos cuantos centímetros de altura frente a él. Camino en su dirección bendiciendo la iluminación ambarina que baña la suite, ya que sobre la piel canela de Ciro nada puede realzarle más cada marca.
Nuevas cicatrices, antiguas heridas suturadas. Dos tatuajes en mi honor. Músculos, calor, olor a hombre, a buen perfume, dureza.
—¿Estás enojado? —lo pregunto elevando la mano a sus facciones.
El único golpe que le atinó Viggo acabó por cortarle el pómulo. Un tajo a lo ancho de su mejilla cuya sangre continúa goteándole pese a que he intentado limpiarla con uno de sus pañuelos.
—No, Cherry, no estoy enojado —lo dice suspirando y por un momento no le creo.
—¿Entonces porqué te comportas con tanta frialdad e indiferencia?
Retira mis dedos de su barbilla y del puñetazo en donde el anillo facetado del señor Clark dejó huella.
—Me comporto de la misma forma que siempre.
—Tienes razón —planto la mano con fuerza, azotándole el pectoral izquierdo donde yacen mis iniciales y el corte de Marruecos, que aún no cicatriza del todo. El Diablo se dobla sintiendo la molestia y yo retrocedo, agarrando mis sandalias—. Este es tu comportamiento después de tener lo que quieres. Ya me cogiste y ya te sacaste las ganas. Seguro ya tienes el ego bien inflado no sólo porque alborotaste a cuanto político te encontraste, sino también porque te sacaste a Viggo de encima y porque te diste el gusto de mojarle la tanga a más de una.
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Dancing in the Darkness © +21
General FictionLIBRO 1 DE LA SAGA DEVIL'S DANCE Harta más que acostumbrada, a vivir bajo la sombra de sus hermanos decide mudarse a Mónaco con el pretexto de renovar sus rumbos, inscribirse en una nueva Universidad y culminar su maestría en psicología. Mujer de t...