CAPÍTULO 41 Parte I

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“Entre Zafiros y Rubíes”

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“Entre Zafiros y Rubíes”

—¡Oye! —caminando como pingüino me le acerco—. ¡Oye Judas cabrón te estoy hablando!

Su impresionante figura se da la vuelta y mis ancas de pato se traban al querer dar otro paso sin haber puesto atención a mi andar.

—No estoy sordo —sube el cierre de su traje de buceo y trago saliva; el agua se acumula en mi boca y en otras partes de mi cuerpo al repararlo.

—Y yo estoy muy incómoda —suelto.

Esto es demasiado apretado, difícil de manejar y con el oxígeno en mi espalda también es pesado.

—¿Qué te piensas que es bucear? ¿Ponerte unas aletas y creerte una sirena? No mi vida, bucear es cosa de rudos no de nenitas mariconas.

Se coloca el tanque y la mascarilla, avanzándome para ayudar con la mía.

—Me encantaría darte una patada que te doble el pito a ver si te quedan ganas de volver a llamarme nenita maricona, malparido de mierda.

Su mano va al cierre de mi traje y lo sacude. Sé que lo hace a drede; busca entorpecerme y claro, tocarme.

Él siempre quiere tocarme.

—También me gustaría besarte -musito, salivando al sentir su risa burlona.

—A mí me gustaría bajarte el cierre hasta la mitad del abdomen y cogerme tus tetas porque no veo cosa más tentadora en este momento.

Palmea mi cintura en un manotón firme. La tela gruesa y apretada se ciñe a cada porción de mi cuerpo, se amolda, se pega como una segunda piel a mi anatomía.

Lo mismo sucede con el suyo, que entre negros y azules todo lo marca; piernas, glúteos, espalda, torso, brazos.

El traje de buceo le realza cada músculo y con las antiparras puestas es una delicia a la que efectivamente quiero besar.

—Espero que les hagas el honor luego —me las amaso a propósito, robando en su expresión una sonrisa lobuna.

—Es un hecho.

Ladea la cabeza y veo lo último.
Lo último antes de ir al centro de la nada en pleno Mar de no sé dónde y al fondo del agua azul y profunda.

—Nunca hice esto.

Me aferro al borde del yate, empezando a recular en mi idea de seguir las suyas, la mayoría suicidas en donde yo soy la parte desafortunada.

Dancing in the Darkness © +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora