CAPÍTULO 42

6.7K 861 652
                                    

Reto/Actualización450 votos900 comentarios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Reto/Actualización
450 votos
900 comentarios.
¡😍Vamos que las y los quiero leer!

"Rutinas"

Dos hombres suben mis valijas al avión y mientras los veo hacerlo, acomodo mis lentes espejados.

Tengo el estómago revuelto, ardor en la garganta y la sensación de vacío en el pecho.

—Quiero que me llames inmediatamente llegues.

Su voz se oye firme y fría. Su semblante distante y su postura entre intimidante y disconforme.

Se entienden las obligaciones y que todo lo bueno se termina tarde o temprano pero ninguno de los dos reniega que esto tuvo sabor a poco, que después de tanta intensidad en apenas un fin de semana separarse cuesta.

—Claro —tomo aire y con altivez avanzo hacia la escalera que me llevará a su jet.

—Cherry —no me deja dar un paso que sujeta mi brazo, tirando de él, volviéndome contra su pecho, su playera Versace y su olor a perfume caro.

—¿Me vas a extrañar?

Roza la punta de su nariz en la mía embriagándome con su olor a café, habano y miel.

—No seas cursi bebé —sus dedos juegan con mis mechones y luego repasa mis mejillas, ahuecándolas entre sus palmas—. Me vas a dejar en estado de abstinencia y eso será peor que extrañarte —besa sutilmente mis labios y los entreabro para que me de aunque sea un poco más—. No hagas diabluras ni cometas imprudencias estando lejos de mí —planta un beso en mi mejilla, otro en mi mentón.

—Tranquilo papi.

Inhalo hondo, saboreando lo que me ofrece. Cómo desde su altura se impone, se encorva y se devora mi boca tal y como lo esperaba; con necesidad, fuego y deseo.

—Te alcanzo en los Ángeles en unos días, ¿si?

Asiento entornando la mirada. Resguardando el beso, sus manos y su virilidad lo que duren estos días en que no nos veamos, porque si para él la abstinencia va a ser brutal, para mí será desgarradora.

—¿Me vas a llamar?

El sonríe con sus labios sobre los míos.

—Como un acosador —replica.

—Bien... No vaya a ser que termines cediendo al impulso promiscuo y acabes reemplazándome por otra.

Larga la risa y niega con suavidad—. Tengo mucho en qué pensar todavía. Anoche te dormiste antes de llegar al hotel así que me vas a deber unas cuantas. Principalmente la del collar.

Trago grueso, contagiándome de su mueca burlona y traviesa.

El costoso collar de diamantes y rubíes con el que papi quería comerme anoche.

Dancing in the Darkness © +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora