CAPÍTULO 27

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"Returning to the Ring"

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"Returning to the Ring"

—Todavía no me puedo creer los alcances de ese tipo.

Pía bufa, entrando y saliendo de todas las boutiques de la primera planta del mall.

—Yo no podía... Ahora ya me espero cualquier cosa de ese energúmeno.

La sigo a cada sitio donde se le antoja visitar.
Aún no entiendo qué le dio por venir al centro comercial un domingo a mediodía que podríamos estar pasándola en la playa, en el parque o en el balcón del departamento.

—No me veas así, no estoy loca —me apunta con el dedo, observándome con la amenaza latente.

—No te estoy viendo de ninguna forma —me defiendo—. Sólo que... Tres vestidos y vas por el cuarto... No lo comprendo.

—Es por si se me antoja salir cuatro veces en una misma maldita noche y no se me canta repetir vestuario.

Se da la vuelta y yo me quedo de piedra.

Está loca, de veras.

Las dos lo están y la cuestión empeora cuando reaparecen de sus escapadas.

Lorenzi regresó en la mañana casi a la misma hora que me fui del hotel. Cruzó el umbral del depa con un humor de perros revoleando la tarjeta de crédito y exigiendo que la acompañara a hacer las compras.

En este preciso instante y desde hace dos horas, en mi mente suena Another Wave, y me imagino siendo Carrie Bradshaw junto a la doblemente compradora compulsiva Samantha Jones.

—Este me encanta —desde los maniquíes me enseña un vestido negro cargado de transparencias, corto y de mangas amplias.

—¿Te lo vas a llevar? —enarcando una ceja me cruzo de brazos.

—Sí —se lo da a la dependienta—, pero sólo por lo que cuesta. A mi padre le va a venir un infarto fulminante y se va a quedar tieso cuando le llegue el chorro de la extensión que me dio.

Me aproximo a ella, que sigue ensimismada en buscar por buscar y gastar por mero gusto.

—Esto raya en lo compulsivo y preocupante.

Y lo reafirmo viendo la obscena cantidad de ropa que elige, la que ni siquiera se detiene a ojear, a la que sólo les repara etiquetas.

—Me lo merezco por ser la mejor hija del mundo —masculla por lo bajo—. ¿Quieres escoger uno? Te lo obsequio. El que más te guste. ¿Cuál?

Habla tan rápido que a duras penas puedo procesarlo. Estoy tentada a preguntarle qué fue lo que consumió que está conectada a toma 220 pero me reprimo; también la percibo agresiva y no quiero ser parte de una escena justo aquí.

—Te lo agradezco pero no...

Me avienta un vestido rojo que cubre mi rostro, impidiéndome culminar la frase.

Dancing in the Darkness © +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora