CAPÍTULO 33

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Nuevo reto/nueva actualización

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"Conquerors"

CIRO

Bajo del avión, salgo del aeropuerto y con lo primero que me encuentro es con el flash de un periodista del noticiero aguardándome frente al coche que me espera.

—¡Señor Walker! —lo evado pero me persigue, sin darse por vencido—. ¡Señor Walker estamos en vivo para CNN por favor!

Inspiro profundo.

Detesto dar notas y entrevistas. Desde siempre les rehuí a todas y cada una.

No es mi fuerte.

La prensa, del calibre que sea es mi herramienta de trabajo no un medio de exhibición.

—¿Regresó a Washington por solicitud del Congreso?

Acomodo mis gafas negras y hundo las manos en los bolsillos de mi deportivo.

—Estoy en el país por razones familiares, el Congreso no mantuvo contacto directo conmigo todavía y cuando lo hagan, ellos lo comunicarán a la prensa.

Rodeo la cámara procurando meterme al Mercedes negro.

—¿Se quedará en Seattle?

El muchacho, ávido de información y con ganas locas de comerse al mundo con semejante primicia me atosiga.

—Por unos días. Luego regresaré a Europa.

—Se habla de un caso de narcotráfico menor del que usted lleva a cabo investigación, ¿puede decirnos algo al respecto?

Abro la portezuela—. Lo siento pero es información confidencial que no debo revelar.

—El estado aguarda con altas expectativas su vuelta a Procuraduría.

—Interesante dato.

—¿Usted considera que al sistema le ha faltado el enfoque del fiscal Walker cuya mirada va más allá de las leyes, naciendo desde el seno criminalístico?

Me monto en el asiento trasero sonriendo con amabilidad cuando por dentro estoy tentado de mandarlo a la mierda y decirle que deje de romperme las bolas.

—En mi opinión, cada persona que ocupa el cargo de importancia como asesor de leyes de un Estado es porque está capacitado para hacerlo. No todos trabajamos de la misma manera ni obtenemos los mismos resultados pero sí venimos del mismo palo por el simple hecho de ser servidores del sistema y protectores de la sociedad —cierro la portezuela—. Buenas tardes.

Subo la ventanilla y el Mercedes arranca.

Me quito las gafas entre suspiros y observo a mi amigo, quien sentado a mi lado me estrecha en un fuerte abrazo.
Si bien hemos hablado permanentemente por teléfono hacía cinco años no lo veía.

Dancing in the Darkness © +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora