CAPÍTULO 29

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Dominante”

CIRO WALKER

—Me gustas, Cherry. Me gustas muchísimo—sus manos permanecen inmovilizadas—, pero te abusas, chiquita y eso me encabrona.

Patalea, gruñe, me lanza puñetazos asestados a mi espalda pero nada de eso me mueve.

Quiere que me detenga; no lo va a conseguir.

—¡Estúpido, bájame!

Se retuerce con ahínco cuando encaramo su figura a mi hombro y salgo del camarín.
Pelea a sabiendas de que en la lucha de poderes yo soy más fuerte y por ende gano. Siempre gano. Se lo deja en claro el vehemente azote que le planto en el culo.

—¿Sabes lo que pasa cuando alguien me encabrona? —entro al set y aviento su delicioso cuerpo contra la cama—. Pasan dos cosas: quiero destrozar al que me jode o de lo contrario ponen a maquinar mi mente.

Me prende y no me privo de sonreír cuando su esbeltez impacta contra las sábanas satinadas.

—¡Suficiente de tus malditos juegos!

—¿Juegos? Yo no estoy jugando —mi mueca se ensancha al verla debatirse de tan perversa forma—. Para ti va lo segundo y deberías sentirte dichosa. Eres la única afortunada mi vida.

Se queja, se planta en su berrinche de mierda y a mí eso sólo me llena de satisfacción.

Escudándose en la rabieta finge y bastante mal, que no le prende esto.

Chorrea cuando me escucha y no es mi semen mojando su encaje lo que empapa su muslo, es el morbo que la consume. Es la necesidad enferma e imperiosa que la agita por dentro.

—¡Que te den hijo de puta!

—A ti te voy a dar, cría insolente —agarro sus tobillos y la estiro sólo para que vea quién es el que manda acá.

Que ella es vulnerable, está excitada, quiere y desea cualquier cosa que yo decida ofrecerle.

—¡No quiero estar en este sitio! —refuzna.

Carcajeo con su ocurrencia y el salvataje que busca como pretexto. Un pretexto de porquería que me vale madres.

—Este sitio, este set, esta bendita cama y cualquier rincón de este lugar fue en donde prometí cogerte hasta saciarme. Lo sé y lo sabes. Te lo vaticiné. Pagué una fortuna por quitar cámaras, personal y tener un momento privado con mi puta, y lo voy a consumar. Sobre todo lo voy a disfrutar.

Traga saliva, la ansiedad la mata. Sus ojos brillan y su pecho sube y baja de una manera agresiva que sólo me pone a desear morderle las tetas una a la vez como un obseso.

Dancing in the Darkness © +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora