CAPÍTULO 46

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“Verdades”

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“Verdades”

Saco la llave bajo el felpudo y abro la puerta principal. Charlie no ha perdido ciertas mañas maternales, esta es una.

Sonriendo en la bruma del alcohol entro de puntillas. Todo está oscuro, es obvio que duermen si ya son pasadas las cuatro de la madrugada.

Aprieto el monedero en mi brazo y agarro mis sandalias yendo expresa al cuarto.

Me tomo mi rato de descanso en el baño, dormitando sentada en el retrete, luego me cambio la ropa y en puntas de pie para que mis talones no resuenen en el piso avanzo del corredor a la sala y de la sala a la cocina.

Me manejo en la oscuridad como un ser vampírico que se adapta a las tinieblas y voy al refrigerador. En la puerta encuentro leche de soja con vainilla y no dudo en servirme.


Es gracioso porque esto tomaba cuando era chica. Y es adorable que mi familia piense que aún soy la niña pequeña que lloriqueaba cada vez que Christopher me jalaba el pelo o que Liam me daba un pellizco.

Demonios...

Trago como puedo.

Hay que hacerse cargo

Me lo repito por dentro cuando la nostalgia cede paso a la culpa y la culpa al martirio. 

Lleno el vaso y al cerrar la puerta del refri pego un salto en mi lugar.

—¡Me vas a matar del susto! —chillo por lo bajo, reclamándole a mi hermano quien permanece sentado a la mesa con el antebrazo recargado en el respaldo de la silla.

Mi corazón late desenfrenadamente por la sorpresa de verlo ahí, a oscuras, en silencio.

—Volviste relativamente temprano —dice igualando mi tono de voz.

—S-si... Las chicas se quedaron en el club, yo... Me vine.

Aprieto con fuerza el vaso que busca evidenciar el temblor de mi mano, pues algunas gotas de leche desbordan del cristal.

No es el efecto de tanto alcohol en mi cuerpo; es el escrutinio de Liam lo que me está poniendo nerviosa.

Popularmente se le dice tener cola de paja; y la tengo. Siento que me está acusando con la mirada, una mirada especial, una mirada celeste con rivetes dorados que a veces torna sus iris de un verde muy sutil.

—Claro —sopesa incorporándose.

Está con el torso desnudo, joggins oscuros y se prende un habano sin quitarme los ojos de encima.

Dancing in the Darkness © +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora