LIBRO 1 DE LA SAGA DEVIL'S DANCE
Harta más que acostumbrada, a vivir bajo la sombra de sus hermanos decide mudarse a Mónaco con el pretexto de renovar sus rumbos, inscribirse en una nueva Universidad y culminar su maestría en psicología.
Mujer de t...
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“Fantasmas del Pasado”
CIRO WALKER
Me subo los joggins y voy a la mesa del living.
El celular se encendió y en temas de prioridades espero por el recado de Kiara.
No es Dietrich. Se trata de Peter.
«La primera audiencia se fijó para el 10 del próximo mes. A Mara le llegó citatorio. El Capitolio está esperando tu regreso»
Un aguijonazo se me clava en el pecho. Es la mezcla de nostalgia, alivio y conmoción. Pasaron cinco años desde la última vez que vi a mi esposa, a mi mejor amiga, a mi confidente de las peores épocas... Se me hace inevitable no sentir algo de tristeza a sabiendas de que después del divorcio nada nos va a ligar uno al otro. Ni siquiera la amistad pues Peter me lo dejó en claro cuando ella supo que estaba vivo.
«Tu esposa te odia Ciro»
—Gracias Peter. Empezaré a preparar mi vuelta entonces.
Envío el audio y me acerco a la ventana amplia de vidrios corredizos. Salgo al balcón, recargándome en el barandal de hierros forjados en forma de tribales. Gruesos, fríos, que erizan la piel de mi torso desnudo.
La ciudad desde lo más alto del edificio más impresionable es una postal de otro mundo.
Las luces que tintinean a lo lejos en diferentes intensidades y colores. El silencio que reina y el bullicio que emerge desde abajo y que por la altura no se alcanza a percibir. El mar oscuro matizado con el cielo, abrazando a Mónaco...
Es digno de grabárselo en la memoria de cualquiera.
Trago grueso y cuadro la quijada al evocar la cantidad de veces que fantasee con Cherry en este balcón, mostrándole la belleza de la ciudad mientras su piel se erizaba ante la frialdad de los vidrios, cogiéndomela en la desnudez absoluta y el exhibicionismo más morboso, con sus piernas anudadas a mi cintura y mi mano cerrada en su exquisita garganta permitiéndole el mejor sofoco de toda su corta vida.
He sudado y me he empalmado más veces de la que quisiera fantaseando con ella.
Y no hay día que pase en que mi mente no maquine una diablura con la pelirroja como protagonista.
Comiéndome la verga acostada en la mesa de mi living.
Follándomela entre cintazos mientras me cobro su vómito en mi coche.
