Capítulo V: Ouroboros

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Los sonidos de fuertes explosiones, los siseos de serpientes y metal cortando el aire eran audibles dentro de un denso bosque en Japón.

Sobre la rama de un árbol había un pelinegro, el cual estaba realizando extrañas señales con ambas manos.

-¡Katon: Goukakyuu no Jutsu! (Estilo de fuego: gran bola de fuego) -

Una masiva esfera de llamas fue lanzada en dirección de una pequeña niña vestida como una lolita gótica. La pequeña extendió una mano hacia la esfera que se le aproximaba. Una enorme serpiente hecha de una energía oscura emergió desde la manga del vestido. El enorme ofidio se abalanzó contra la enorme esfera en llamas.

El pelinegro de ojos cerúleos se sintió decepcionado al ver como su técnica era disuelta al hacer contacto con la energía que conformaba a la serpiente.

Naruto se sorprendió de la velocidad de la serpiente, sí no la esquivaba a tiempo, moriría; y esta vez de verdad. Con esto en mente, Naruto se apuró a cruzar sus dedos índice y medio de ambas manos en forma de cruz. Una bocanada de humo blanco se hizo presente junto a Naruto. Del humo surgió otro Naruto, el cual ayudó al original a impulsarse más alto en el aire, para así esquivara a la serpiente. Antes de que la serpiente pudiera comer al clon, este desapareció de la misma forma en la que apareció.

La serpiente no alcanzó a maniobrar a tiempo, por lo que terminó estrellándose contra un árbol que había enfrente suya.

La atención de la niña, que seguía parada en el mismo lugar, fue desviada hacia el suelo, de donde provino el sonido de algo enterrándose en la tierra. Los estoicos ojos gris opaco de la pelinegra se posaron en un kunai, el cual tenía una etiqueta explosiva atada al mango.

Una poderosa explosión ocurrió en el bosque. Naruto apareció a cincuenta metros de la explosión en un parpadeo. Silbando, Naruto apreció la destrucción creada por la explosión: un radio de más de veinte metros de puros árboles había sido totalmente consumida por la explosión.

-Fiu­­, eso sí que la va a hacer enojar. -Naruto pensó en voz alta mientras veía como el humo de la explosión ascendía al cielo.

-No estoy enojada; solo me has hecho sulfurar.

Naruto se tensó un poco cuando la monótona voz de la niña, que supuestamente acababa de ser consumida por las llamas, se escuchó detrás de él.

Naruto saltó al suelo segundos antes de que una serpiente que, efectivamente, había salido desde una de las mangas del vestido de la niña lolita.

-Bueno, no sabía que ella podía flotar -pensó en voz baja el azabache mientras veía a la pequeña niña, la cual flotaba en el aire sobre la rama en la que había estado de pie.

-Tienes buenos reflejos -alagó la niña de cabello negro mientras hacía que la serpiente volvía al interior de la manga de su vestido -. Pero necesito ver todo su potencial para ver si es digno de unirte a mí -dijo en voz baja.

Naruto inclinó su cabeza al escuchar lo dicho por la niña «¿Digno? ¿Digno de qué?», se preguntó. En ese momento de la espalda de la niña surgieron cinco serpientes las cuales se lanzaron contra él.

La velocidad de las serpientes era cegadora, tanto así que incluso los ojos experimentados de Naruto no pudieron seguirles el ritmo. A escasos metros de que las serpientes impactaran en su objetivo, los ojos azules de Naruto se tiñeron de rojo sangre y tres aspas negras se hicieron presentes y comenzaron a girar con pereza alrededor de sus pupilas.

Entonces todo pareció ralentizarse en los ojos de Naruto. La velocidad de las serpientes se ralentizó, las hojas que caían de los árboles y el desplazamiento de las nubes en el cielo también fueron afectados.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora