Naruto alzó la mirada y volteó a ver el panorama, reflexivo. Serafall y él se habían ido a tomar a una cantina bien conocida que quedaba a una media hora de la mansión de la familia Gremory-Lucifuge. El lugar estaba medio lleno cuando llegaron, pero poco a poco, conforme se iba terminando lo que quedaba de la nochebuena, el local se fue vaciando hasta solo quedar cuatro mesas ocupadas más un borracho en la barra del barténder. En una esquina de hasta el fondo se sentaron para poder hablar más a gusto.
El azabache dio un trago a su cerveza.
—Qué asco —rezongó con una mueca—, ya se calentó.
—Pues cámbiala, menso —le dijo para luego tomar un trago de su botella que hasta chorreaba por fuera de lo helada que estaba.
Uno de los camareros de la cantina, muy amable él, les trajo una cubeta con cervezas llena con hielos; eso hace dos cubetas atrás. En la mesa las botellas vacías se concentraban más en el lado del azabache, pero sí de una competencia de ver quién se echa más cervezas, Serafall sin duda le llevaría la ventaja. En público no lo demostraba, pero en confianza se podía echar cuantas cervezas le pusieran enfrente; eso ya venía rozando con el alcoholismo.
—Ya ni te pregunté, ¿qué tal te va en el trabajo? —Dejó a un lado la cerveza caliente y se estiró para agarrar una nueva de la cubeta.
—De la chingada —masculló—. La puta gente está haciendo puro escándalo en las calles, ¡y luego yo soy a la que se lo echan encima! ¡¿Qué carajos tengo que ver yo con que los mugres retrasados esos anden de berrinchudos?! ¡Es una completa estupidez! —gritó, indignada.
—Baja la voz, la que anda haciendo escándalo es otra —le dijo, refiriéndose a ella luego de que se pusiera a gritar, llamando la atención de la poca gente en el lugar.
—Es que no se vale: ni Sirzechs, ni Ajuka, ni Falbium se hacen cargo de esos... —le dudó— de esos pendejos, ¡a mí es a la que le avientan el problema! No se vale —luego de despotricar, tomó un trago hondo de la botella.
—¿Y ya se los dijiste? —preguntó, jugando con la botella.
—Sí, pero ¡estos también se hacen pendejos! Me dicen: «Al rato lo checo» o «Ahorita me encargo yo». Pregúntame si lo hacen: ¡claro que no!, ¡solo se hacen bien pendejos!
«Esta ya se anda poniendo borracha y encabronadísima», pensó. Andar borracho y enojado al mismo tiempo es una pésima combinación: la migraña mañanera se hace peor por eso.
—Ya bájale, ¿no? Ya ni sabes lo que andas diciendo —la regañó, molesto.
Intentó arrebatarle la botella, pero la mujer se echó hacia atrás, hacia el respaldo de la silla, para esquivarlo.
—Ando bien, hombre. Nomás exageras.
—¿Ah, de veras? Órale, pues, nomás luego no vengas chillando con que te duele la cabeza y no sé qué.
—Sí, sí, sí —desdeñó antes de tomarle a la botella.
—... ¿Y, bueno, qué cuentas? ¿Qué de interesante ha ocurrido este tiempo?
—Además de la depresión espantosa, no mucho, en realidad.
Naruto se removió incómodo en su asiento. ¿Era necesario ese comentario?
—Me la paso en audiencias todo el rato —continuó diciendo Serafall—, y si no estoy en una ando haciendo entrevistas para Sirzechs, Ajuka y Falbium. Ya me agarraron de su secretaria de recursos humanos los cabrones.
—¿Cómo así? —inquirió, curioso, adentrado en la historia.
—Pues ya ves cómo es la gente: les das la mano y te agarran la pata —gruñó, y luego se puso a contar lo que había pasado—. Es que la secretaria de Ajuka renunció por equis y ye motivos, así que me ofrecí a ayudarlo en lo que conseguía otra, pero luego se jubiló el secretario de Sirzech, y tu pendeja —se señaló a sí misma— se ofreció también a ayudar. —Bebió otro trago—. A Falbium no le renunció nadie, pero de un día para otro empezaron a aumentar reportes sobre seguridad y eso, y como no se daban abasto con la gente que tenía trabajando para él me ofrecí y puse a gente mía a ayudarlo.
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Naruto: Akuma no Neko
FanfictionDescargo de responsabilidad: no soy dueño de Naruto o Highschool DxD, cada obra a sus respectivos autores: Masashi Kishimoto e Ichiei Ishibumi, respectivamente. Cabe destacar que esta historia, o en este caso, este fanfic, es de mi propia creación. ...