Arc. 1. Cap. II: Entre lo sagrado y lo demoníaco

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Naruto y Vali seguían en silencio, sus miradas de intriga se debían a lo que estaba ocurriendo en estos instantes en el campo de la institución académica de Kuoh.

Después de que los Gremorys derrotaron a los cerberos que Kokabiel había invocado, el espadachín pelirrubio comenzó una conversación con el anciano Galilei, quien le arrojó una especie de orbe color azul. Entonces luces comenzaron a aparecer por todo el campo, llamando la atención de los espectadores.

-¿Qué está sucediendo? -inquirió Vali, su mirada no se había apartado de lo que estaba sucediendo en el campo escolar.

Las luces azules empezaron a cambiar hasta comenzar a tomar la forma de personas. En la mano de Val se hizo presente un orbe de color azul.

[Vali. Ese chico de cabello rubio ha alcanzado el ápice de su potencial; él ha desbloqueado su Balance Breaker]. La gruesa e imponente voz del Dragón Efímero resonó desde lo más profundo de la gema de Vali.

Naruto se mantuvo en silencio, su mirada no se había apartado del chico rubio en ningún momento: sentía que lo conocía...Pero de dónde. Entonces recordó: había sido una de sus últimas misiones en el inframundo antes de que desertara.

......

De pie sobre la rama de un árbol, en alguna parte de un bosque nevado en algún lugar de Italia, Naruto, de diecisiete años, estaba con los ojos cerrados. Vestía con un atuendo sencillo, el cual consistía en un abrigo negro el cual tenía una mata de pelo blanco en la parte de los hombros y el cuello. Abriendo sus ojos, habló.

-Rias-Sama, ¿Está segura de que estamos en el lugar indicado? Digo, no ha sucedido nada desde hace más de quince minutos.

Debajo de la rama en la que estaba Naruto había una linda niña de trece años con el cabello largo y de un muy llamativo y extravagante color rojo carmesí. Vestía con un abrigo de color morado, una falda larga de color negro, una bufanda verde con rayas azules y un gorrito blanco con un moño gris con puntos.

-Ya te dije que no me llames por el "Sama", tu hermana es una de mis mejores amigas junto con Akeno; así que los honoríficos entre nosotros no son necesarios. Y para responder a tu pregunta: sí. Onii‐Sama me dijo que aquí es donde podría reclutar al segundo miembro para mi nobleza -respondió la niña, en su mano había una pieza roja de ajedrez en forma de caballo.

Naruto asintió con la cabeza, aunque la niña ni siquiera lo pudiera ver, y recargándose en el tronco del árbol, volvió a hablar.

-Tu objetivo es un chico de nombre Isaiah, ¿no es así? -preguntó con una discreta, y casi imperceptible, ceja alzada.

-Así es. Onii-Sama dijo que era alguien muy prometedor -respondió la niña de cabellos carmesíes.

El sonido de nieve siendo pisada frenéticamente empezó a escucharse a una corta distancia de ambos. En cuestión de unos segundo, la figura de un niño rubio, vestido con harapos de una túnica azul de sacerdote, se hizo presente frente a la niña pelirroja.

El niño tropezó con una roca y cayó de bruces al suelo, sangre caía de su cabeza, manchando la nieve blanca, y lágrimas resbalaban por sus mejillas.

La niña pelirroja sonrió, y sin borrar su sonrisa, habló.

-¿Qué es lo que deseas?

......

Naruto volvió en sí cuando el espectáculo de luces terminó. Ahora entre las manos del espadachín pelirrubio había una espada de empuñadura negra con decoraciones en dorado, una fina y larga hoja metálica en color negro, con símbolos demoníacos y sagrados escritos en ella.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora