DxD IX: Noticias devastadoras

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Observando a través de una de las grandes ventanas que había dentro de la habitación principal de reuniones de los Cuatro Grandes Reyes Demonio en el territorio de Lilith, yo, Ajuka Beelzebub, oteaba desde mi lugar la pacífica ciudad que había bajo mis pies. Aunque pronto dejaría de serlo.

Todos los "Maous" acabábamos de ser informados por la ángel Irina que el inframundo estaba bajo el ataque de las fuerzas de la Facción de los Héroes y del dios de los muertos Hades. Oí el sonido estrepitoso de madera golpeando algo duro, miré por sobre mi hombro y confirmé que lo que había sonado era efectivamente el golpe de las puertas de madera con la pared. De pie en debajo del dintel arqueado de la puerta, Serafall jadeaba y mantenía un rostro casado.

-He... *huf, huf*... llegado... *huf, huf...*

Dijo ella entre jadeos. No pude evitar sonreír nervioso mientras negaba con la cabeza, divertido. Serafall siempre sería Serafall. No importa la seriedad del asunto, ella siempre será así. El sonidos de la madera crujiendo en silencio se escuchó a mi derecha, seguido de ellos vino una voz a mis oídos.

-Gracias por venir lo más pronto posible, Serafall.

Miré en aquella dirección e incidí mi mirada sobre un hombre de rojos cabellos y que vestía con una tela que ocultaba su cuerpo y áureas hombreras encima de esta tela.

Sirzech, inclinado hacia adelante con sus manos puestas sobre su escritorio frente a la puerta y antes del muro cortina que funcionaba como una gigantesca ventana, mantenía una mirada muy seria -raras veces lo veía así-. Serafall simplemente hizo un además con su mano, oscilando su mano en el viento, descartando el saludo de nuestro amigo. Apareciendo en escena, en un círculo mágico en el centro de la amplia habitación, Falbium hizo acto de presencia.

-Lamento la tardanza, chicos, estaba ocupado intentando contactar a los olímpicos para exigir explicaciones sobre todo esto.

Disculpose tan pronto llegó, Falbium rápidamente complementó su disculpa. Sentose en la silla tras su escritorio, Sirzech apoyó ambos codos sobre la madera, entrelazando sus dedos frente a su rostro, y pronunció con circunspección:

-¿Respondieron?

-No. -La respuesta de Falbium fue inmediata y hecha con un tono de decepción a la vez que tomaba asiento en uno de los sillones que había cerca del centro del salón. Yo mismo estaba por dejar salir el aliento con la misma decepción que todos los oyentes, pero mi compañero en título rápidamente agregó-. No obstante, logré contactarme con Febo; y, por lo que me dijo, ninguno de los olímpicos se encuentra en un banquete que Poseidón realizó en el templo principal de la Atlántida. Todo los olímpicos asistieron, menos Hades.

Fue su respuesta. Sirzech tarareó pensativo; y después separó los labios y habló:

-Eso significa esto es única obra de Hades. Esto es malo.

-Así es Sirzech-chan. Si no detenemos a ese kokkaku-jiji (Viejo esqueleto) entonces causará muchos estragos a nuestro hogar.

Serafall estuvo de acuerdo con Sirzech. Y él hizo lo mismo con ella. En ese momento otro círculo mágico -este de color amarillo- se formó en el centro del salón de reuniones. El círculo se elevó y por cada centímetro que se alejaba del suelo aparecía una silueta que antes no había estado de pie en ese lugar. Cuando desapareció en el aire, lo que estaba de pie en el centro era nadie más que el Gobernador de los Ángeles Caídos, Azazel.

-¿Qué sucede Azazel? ¿Cómo están los chicos?

El mencionado hizo caso omiso a Sirzech, y sin desenterrar su vista del suelo pronunció con sus puños apretados con fuerza y hablando entre dientes con un tono de enfado y desprecio, pero ese desprecio no era hacia nosotros. ¿Pero entonces a quién?

-No hablaré hasta que Michael llegue...

Y así fue: Azazel no profirió sonido alguno hasta que Michael se mostró. Un símbolo en forma de cruz se formó en el suelo para posteriormente se encendiera en llamas áureas. Cuando las intensas llamas doradas se extinguieron, la figura del líder de los ángeles se hizo presente.

-Agradezco vuestra invitación. Ahora bien, ¿qué es lo que sucede, Azazel? ¿Qué es lo aquello que ocupa de mi presencia para decirse? -El ínclito líder de los ángeles preguntó con un tono tranquilo y amigable que lo hacía verse más sacro y que hacía resaltar sus dorados pares de alas. Azazel, por primera vez desde que llegó, desenterró su vista del suelo y la centró en nosotros.

-Hyoudou Issei, el actual Sekiryuutei, ha muerto en batalla -pronunció al momento que abría su mano derecha, revelando un set de ocho piezas rojas de peón.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora