Arc. 2. Cap. V: Kyūbi no Yōko

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Un vórtice espacio-temporal se abrió en medio del patio principal del castillo Nijou, de aquel vórtice salió la figura de Naruto siendo seguido por la figura de Yasaka. La rubia fémina tenía la mirada entre perdida, y vacía.

El nekoshō azabache miró sus alrededores, buscando a quien lo había citado en aquel lugar. Sacó un papel de uno de los bolsillos de su pantalón y lo leyó. ¿Me habré equivocado?, se preguntaba el pelinegro mientras leía la dirección que había en el papel.

—Por fin llegas.

Una voz masculina provino desde el aire frente a Naruto. Volteó en dirección de la voz y se encontró con la vista de Cao Cao, y el resto de los héroes, de pie sobre el techo del santuario.

—Como te tardaste mucho en llegar no tuve de otra más que enviar a varios de mis subordinados a atrasar la llegada de mis invitados.

—¿Se puede saber por qué tardaste tanto, Naruto-kun? —inquirió la única mujer del grupo de héroes, que se notaba enfadada con el azabache. Naruto se rascó la cabeza, avergonzado.

—Lo siento, Jeanne-chan. —La mujer rubia se sonrojo un poco por el sufijo cariñoso que Naruto había usado —. Pero me perdí en el sendero de la vida.

«¡Qué excusa más mala!», pensaron los héroes al unísono. Naruto tosió en su mano para llamar la atención de todos, y lo consiguió.

—Ignorando la hora de mi llegada. —Naruto señaló con su pulgar a Yasaka detrás de él —. Les he traído a la kyūbi, como lo prometí en nuestro acuerdo.

Jeanne saltó al suelo y se acercó a Yasaka con curiosidad.

—¿Y a esta que le pasó? —preguntó —. ¡Hey!, ¡Oye! —La rubia agitó su mano frente a el rostro imperturbable de Yasaka.

—Está en una ilusión para que no cause problemas. Por cierto, usé una técnica para borrar y manipular algunos recuerdos; espero eso no les moleste —respondió y comentó con tranquilidad. En verdad le daba igual si les importaba o no, solo lo había dicho como una ocurrencia tardía.

—Descuida, no hay problema alguno —respondió Cao Cao antes de chasquear los dedos. Dos guardias emergieron de las sombras y se colocaron a los lados de Cao Cao —. Escolten a Yasaka-sama al santuario de Honmaru. —Sin formular palabra alguna, ambos guardias acataron la orden y escoltaron a la rubia —. Perfecto, con esto nuestro trato queda sellado. —Extendió su mano a Naruto.

Naruto se quedó mirando la mano de Cao Cao por unos instantes antes de estrecharla con una amplia sonrisa.

—Así es.

......

Afuera del santuario Kurama-dera se encontraba Naruto, mirando fijamente el templo frente a él. El hombre de cabellos azabaches y puntiagudos entró al santuario y volvió a apreciar el lugar, nada había cambiado desde la última vez que entró. Suspiró y volvió a centrarse en el porque estaba en el templo.

Retiró el tatami que cubría la entrada a la habitación secreta. Bajó las escaleras y entró al interior de la espaciosa, vacía, silenciosa y fría habitación vieja.

Caminó hasta quedar a pocos pasos de la piedra y la leyó con total calma y detenimiento, buscando algún tipo de instrucción de cómo se utilizaba o algo por el estilo.

Suspirando al no encontrar nada de utilidad, Naruto no vio otra forma de solucionar el problema más que tirar sus dados a su bendita suerte.

De noche, la bestia sale de su cueva y aúlla al cielo oscuro

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora