Naruto: Akuma no Neko

Arc. 1. Cap. V: Reunión entre hermanos

En un bosque en el inframundo, concretamente a las lejanías de la ciudad de Lucifaad, Naruto y Bikou caminaban tranquilamente por un pequeño sendero con hojas de árbol marchitas. Ambos integrantes de la Khaos Brigade se mantenían en un cómodo silencio, o eso fue hasta que Bikou habló.

-Oye, Naruto.

-¿Qué sucede-Dattebayo?

Bikou se rascó la nuca, pensando si debería seguir o no. Tomando la primera de ambas opciones, Bikou continuó.

-Te conozco desde hace un tiempo, y desde entonces he tenido una duda acerca de ti...o más bien sobre tus habilidades -dijo mientras se rascaba la nuca. Naruto solo se limitó a asentir en señal de que continuara. Tomando un largo respiro, Bikou hizo su pregunta -. He notado que tú no utilizas youjustsu como los demás yōkais que he conocido, pero aún sin eso logras manipular todos los elementos. ¿Cómo lo haces?

-Gracias al chakra -fue la simple respuesta de Naruto. Bikou inclinó su cabeza en señal de no haber entendido. Naruto exhaló con lasitud -. Ahh...Escucha, Bikou; yo, a diferencia de el resto de yōkais, manipulo mi propio chakra de tal forma que con ello puedo darle las propiedades de cualquier elemento básico de la naturaleza, ósea: agua, viento, tierra, fuego y rayo. Aunque también puedo manipular la masa y forma de estos, eso requiere de un gasto mayor de chakra -terminó su explicación.

Bikou asintió con la cabeza, aún estaba asimilando lo que acababa de escuchar. Bikou salió de su atontamiento al momento que sintió un leve golpe en su pecho, prestando atención frente de él, Bikou notó el brazo de Naruto, el cual lo detuvo.

-¿Qué sucede?

-Hay alguien cerca...Puedo sentirlo -respondió Naruto mientras comenzaba a trazar sellos de mano. Bikou también se preparó al invocar su bastón.

Ambos se mantuvieron en el mayor silencio posible. Tal era el silencio, que Bikou y Naruto casi podían escuchar el sonido de sus latidos. Aquel silencio fue interrumpido con una nueva voz que provino sobre ellos.

-Vaya, vaya, vaya. Pero si solo son dos sucios yōkais: uno es un pequeño minino y el otro un sórdido chimpancé.

Ambos miraron al cielo. Lo primero que observaron fue la figura de un hombre alto, el cual tenía un largo cabello blanco recogido hacia atrás en una larga coleta. Vestía con unas túnicas ceremoniales mayoritariamente negras. Sus ojos de un imponente color rojo que emitían un aura demoniaca. Impresa en su rostro había una sonrisa burlona y llena de superioridad.

-Loki... -Naruto gruñó al reconocer al dios maligno que flotaba en el aire. Bikou abrió sus ojos en sorpresa al escuchar el nombre que salió de la boca de su compañero yōkai.

-¿Oh? ¿Qué acaso no eres uno de los tres mocosos con el que luché años atrás? Kiyo...Sasu...Naruto... ¡Eso es! ¡Jamás olvidaría el nombre del mocoso que me hizo una horrible cicatriz en mi espalda! -exclamó con regocijo el peli-blanco.

-¿Qué es lo que haces en este lugar, dios bastardo? -inquirió Naruto con un tono hostil.

-Solo estoy aquí porque Odín no confía en mí; pero cuando sentí una energía familiar por los alrededores, no pude contener mi curiosidad y salí a investigarlo -respondió Loki con simpleza y desinterés.

-Es momento de que te vayas de aquí...Loki. Dudo que quieras que Odín te castigue -advirtió el azabache. Loki solo se rio con diversión.

-Huahaha. No le tengo miedo a ese vejestorio; la única razón por la que sigo sus órdenes es porque mi plan para acabar con él aún no está listo. Pero pronto lo estará, y con ello, mi tan ansiado Ragnarök, ¡comenzará! -Loki fue absorbido por una gran distorsión en el espacio.