Arc. V Cap. II: La amarga verdad

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Koneko se siente pequeña ante las grandes puertas de piedra frente a ella, su corazón le rebota contra el pecho con fuerza. Detrás de aquel enorme par de puertas de piedra se encontraba a la última persona a la que quería ver en el mundo, sin embargo, cualquier rencor o miedo que sentía hacia su hermano era superado por la necesidad de conseguir respuestas a sus incógnitas. ¡Ella necesitaba saber el por qué detrás de las acciones de su hermano!

Inhalando una profunda bocanada de aire, la pequeña albina se dispuso a tranquilizarse. Estaba ahí para conseguir respuestas a sus interrogantes, si ello implicaba tener que verse cara a cara con el asesino de su familia, era un precio que estaba dispuesta a pagar. Además, Sirzech-sama y su esposa estaban junto a ella, ¿qué podría salir mal?

—Hey, no te preocupes. Naruto no podrá hacerte nada desde su celda.

Una gran mano descansó en su hombro. Ella miró a los ojos del pelirrojo y asintió con una pura determinación reflejada en los ojos.

—¡Te estaremos esperando aquí afuera! ¡Suerte!

Grayfia solo pudo negar con una mirada avergonzada ante la actitud infantil de su marido. ¡Él es el maou Lucifer por el amor del innombrable! ¡¿Por qué no podía actuar de acuerdo a su cargo?!

La pequeña albina tomó una última bocanada de aire para calmarse antes de avanzar con pasos firmes y determinados al interior del módulo especial de la prisión.

Naruto estaba sentado en el sillón de su celda cuando las puertas de su módulo se abrieron de par en par. Una gran silueta se deslizó hasta el final del pasillo flaqueado por cubículos. Él sabía a quién pertenecía la silueta y las pisadas que se acercaban a su espacio de contención, también suponía la razón de tan "inesperada" visita. No era como si no hubiera esperado esta visita. Todo lo contrario, la había estado esperando desde que lo condenaron a prisión.

La sonrisa en su rostro solo crece al oír los pasos detenerse justo detrás de los barrotes metálicos que lo mantenían encerrado. Sin borrar su sonrisa ni dejar de ver la revista porno en sus manos, él saluda a la pequeña albina que había reunido el valor suficiente como para acercarse a él.

—Días de no vernos, hermanita. ¿Cómo va todo allá afuera?

Koneko mantuvo un rostro impasible con labios inflexibles como una biga de mental, indispuestos a complacer a su hermano respondiendo sus preguntas. Al azabache en realidad le provocaba diversión verla así: resistiendo los escalofríos y luchando por mantener una postura firme delante suya. Eran tantos los factores que delataban su nerviosismo que sería un pecado imperdonable para sus ojos experimentados ignorarlos.

—Naruto... —Ella evade la pregunta y dice solo para después tragar saliva hasta sentir como su lengua y paladar se secan.

El susodicho no puede evitar soltar unas cuantas carcajadas secas entre dientes. En un único movimiento se levanta del sillón y arroja la revista sobre la mesa frente a él; sin dejar su sonrisa camina hasta quedar frente a su pequeña hermana albina, solo siendo separados por una hilera de barras metálicas de unos cuatro centímetros de grosor.

—¿Y a qué se debe esta inesperada visita? —cuestiona a pesar de estar seguro del porqué.

—Quiero hablar contigo.

Su sonrisa cae de inmediato al oírla decir aquello. ¿Quería hablar con él?; ¿que acaso no vino a preguntarle cosas? Bueno, si es ese el caso...

—Estás perdiendo tu tiempo aquí. Si viniste solo a "hablar" entonces lárgate, nada de lo que me digas hará que cambie.

—No vine con la intención de hacerte cambiar de opinión, sé que es inútil.

—¿Entonces...?

Haciendo un ademán con la mano y dejando la pregunta al viento, Naruto incita a su hermana a responderle. Esto surte efecto pues ella no tarda en complementar.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora