DxD: Rumania

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«Lamento que tengas que hacer esto, Azazel; se podría decir que te enviamos a hacer el "trabajo sucio" que ninguno de nosotros se quiere hacer cargo. Te agradecemos por eso también. Y, como encargo personal, te pido que cuides bien de mi hermana y su caballero, que, si bien pueden valerse por sí mismo, están ingresando a una "tierra de nadie"; espero que mi imagen y el pase como intermediaros basten para disuadir cualquier artimaña de cualquier bando. Mi más sincera gratitud, Sirzech Lucifer, rey demonio Lucifer», sí, así de pretencioso y refinado es el lenguaje con el que el niño bonito escribió la carta que sostengo en una mano mientras conduzco. Me pregunto cuál es la necesidad de que la letra sea tan pequeña, ¡ni siquiera puedo leerlo porque el carro no deja de temblar sobre las piedrillas que hay en el sendero, y lo peor es que no ocupan ni la mitad de la hoja!

¿Cuál es el punto de tanta formalidad y tanta floritura si al final solo agradeces y pides? No le hallo la lógica a eso.

En un recodo tosco casi me salgo y estrello el vehículo de no haber sido porque logré tomar el volante con ambas manos y girarlo con fuerza; aunque el papel que sostenía se arrugó por eso.

—Azazel, ¿todo bien?

—Este... ¡Sí!, es solo que hay demasiada niebla. Me cuesta ver hacia dónde ir.

Por el retrovisor hago contacto visual con Rias, que creo estaba meditando sobre algo.

—¿Y qué me dices de ti?, ¿todo bien?

—Regresa la mirada al frente, vas a hacer que el coche se estrelle —me dice, y luego de eso suspira con la melancolía palpable en su entonación—. Estaría mintiendo si te dijera que sí —respondió, y luego pude ver por el rabillo del ojo el reflejo de ella sonriendo por el retrovisor—. Me preocupa lo que las chicas le puedan hacer a Ise... Tienen una actitud muy atrevida con él.

—Ese muchacho... Je, parece que tu esposo te traerá más tormentos de ahora en adelante. Todavía tiene esa fantasía de armar su harén.

—Sí, él aún tiene ese sueño. Pero elegí amarlo, así que estoy lista para cualquier caso.

Quiera o no evitarlo, su tono la delata: está celosa; su dignidad como la primera mujer del chico se asoma de su personalidad ya de por sí orgullosa. ¡Chist!, qué aburrido, no entró en pánico cuando me referí a Ise como su esposo.

—Estamos cerca —de pronto, la voz de Kiba se oye en los asientos de atrás—, ya puedo sentir las auras los vampiros.

—Creí que estabas dormido, Kiba —Rias le dijo.

—No estaba dormido, solo estaba concentrado en el entorno —le explicó—. Es un algo que Souji senséi me encomendó entrenar durante estos días.

—Hablando de él, no he podido evitar notar la mejoría que ha tenido estos días. Me sorprende lo rápido que ha sanado de sus heridas.

—Senséi dice que es por los youkai sellados en él, al parecer su pieza está asimilando la energía de que estos tienen para así sanar más pronto.

Puedo decir que está enojado, aunque haya hablado con una entonación suave como la brisa dentro de un bosque; tan silenciosa que casi ni se escucha. Parece que todavía no supera lo que el chico Naruto le hizo a su maestro. No puedo culparlo, entiendo que se sienta así, pero almacenar todo ese resentimiento no lo ayudará en nada; supuse que ya lo habría aprendido luego de lo que pasó con ese sacerdote chiflado Valper.

Rias también se percató de la actitud escondida de Kiba, así que mejor cambió el tema.

—¿Y qué pasó con Cao Cao? Recibiste una llamada ayer, ¿cierto?

—¿Ah, eso? Indra lo castigó junto con el resto de sus vasallos. Según lo que informó, confiscó la lanza y los arrojó al Hades. Aunque el bastardo no entregó la lanza, ni el Dimension Lost, ni el Annihilation Maker; se los quedó todos.

—¿No pueden hacer nada para recuperarlas, maestro? —Kiba me pregunta.

Yo le respondo que «por desgracia, no». Existe una ley no escrita que dicta que el vencedor hace lo que quiera con las pertenencias del perdedor; invocó esta ley para asegurarse de que no podamos tomas represalias contra él por quedarse con los Longino.

Entonces Rias pregunta:

—¿Qué es lo que quiere él con los Longino?

—Seguro quiere plagiarlas o hacer sus propias réplicas.

Puede que no haya agresiones entre las facciones del Tratado con los védicos, pero eso no significa que seamos aliados. Además, hasta donde sabemos, agresiones han empezado entre los védicos e hindúes; Indra, como siempre, está buscando ganarle a Shiva, incluso si para eso invoca una guerra. Ahora no solo tenemos que preocuparnos por una guerra civil entre vampiros, sino que debemos estar al pendiente que Indra no haga nada estúpido.

Un círculo mágico de comunicación aparece en mi oído. Es una llamada que recibo a horas fijas.

—¡Hey, Shemhazái!, ¿qué tienes para mí?

—Azazel, ha ocurrido algoterrible.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora