Capítulo XII: El nivel de un cadre

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Naruto se agachó debajo de la silla de oficina que Kokabiel le había arrojado. La silla explotó en varias partes al momento de impactar en una pared que había detrás del pelinegro. Naruto alzó su vista hacia Kokabiel solo para ver un gran pedazo de madera a escasa distancia de él.

Haciendo uso de su espada, Naruto la colocó frente a él, partiendo a la mitad el escritorio de madera. Los tablones de madera cayeron al suelo emitiendo dos ruidos sordos.

Una sombra cubrió a Naruto. El azabache se apresuró a alzar su mirada solo para ver un brillo sobre él. Moviéndose del camino, Naruto esquivó una daga de luz que Kokabiel había intentado clavar en su cabeza.

—Tienes buenos reflejos —halagó el cadre.

—Ophis ya me halagó por ello —respondió el azabache al halago de Kokabiel.

Naruto no dijo nada más, corrió hacia Kokabiel y balanceó su espada en un corte vertical al rostro del cadre. Kokabiel eludió el corte al saltar hacia un lado, lejos del azabache. La espada de Naruto terminó partiendo una de las repisas de madera, haciendo que los frascos de vidrio se caigan y destruyan en el suelo.

Naruto despareció de la vista de Kokabiel y apareció frente a este. Los ojos de Kokabiel se abrieron de par en par por la velocidad con la que Naruto había cortado distancia con él. El ojiazul aprovechó el estupor momentáneo de Kokabiel para su beneficio. Moviendo su espada hacia el rostro del caído, Naruto intentó apuñalarlo en la frente. Esquivando el ataque como pudo, Kokabiel se hizo a un lado, dejando que la espada se entierre en la pared que había detrás de él. Naruto actuó rápido y con su mano libre golpeo a Kokabiel en el rostro, empujándolo varios metros lejos de él.

Kokabiel gimió y gruñó en dolor e ira después de recuperarse del golpe que había recibido. Escupiendo sangre junto a un anormalmente afilado diente, Kokabiel cargó contra Naruto.

Naruto intentó recuperar su espada, pero esta estaba muy incrustada en la pared. Intentes después, Naruto fue enviado a estrellarse y rodar por el suelo hasta estabilizarse. Naruto estaba un tanto sorprendido de que Kokabiel se hubiera recuperado tan rápido después del golpe que le dio, pero solo lo atribuyó a que se debía porque era alguien del calibre de un cadre.

Naruto se levantó del suelo y se sacudió el polvo que había cubierto su ropa. Mientras lo hacía, habló con serenidad.

—Podrías estar cerca de matarme si es que me llego a descuidar —entonces sus ojos anteriormente cerúleos se tornaron de un peligroso rojo sangre. Tres pequeñas aspas hicieron acto de presencia alrededor de su pupila —. Aunque eso es va a ser muy poco probable.

Kokabiel juzgó a Naruto con la mirada: había leído sobre esos extraños ojos que el azabache nombraba como Sharingan, y por lo que había leído sabía que no era algo que tomarse en serio.

Apareciendo a un costado de Naruto, Kokabiel balanceó una pierna hacia la sien del azabache. Naruto levantó una mano para bloquear la patada con su antebrazo; había visto y predicho todo el trayecto de Kokabiel gracias a la percepción cinética avanzada que le otorgaba el sharingan, por lo que bloquear la patada no había sido la gran cosa.

Antes de que Kokabiel pudiera recuperar si pierna y alejarse, Naruto asestó una poderosa patada en el costado derecho de Kokabiel, enviándolo a rodar por el suelo, cerca del muro cortina que había en la habitación.

—Eso es lo que quise decir con “muy poco probable” —dijo Naruto con calma, remarcando las palabras que había dicho segundos antes de que Kokabiel lo atacara.

Kokabiel se levantó y gruñó con molestia: eso había sido un duro golpe a si orgullo como ángel caído y cadre.

—Tú…Maldito mocoso, ¡te mataré! —gritó en furia antes de lanzarse contra Naruto a una velocidad impresionante.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora