Arc. 2. Cap. IV: Llegan los invitados

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Naruto, vestido con una camisa blanca, una chaqueta de cuero de color negro, pantalones de mezclilla y zapatos negros, estaba en la estación de trenes de Kioto, leyendo un periódico mientras estaba sentado una banca que había en el edificio. La razón del porqué estaba en ese lugar era porque, según su informante, hoy llegaban sus "invitados" a Kioto.

[Bienvenidos a Kioto]

Se escuchó el anuncio provenir desde las bocinas del tren bala que acababa de estacionarse en la estación de trenes. Naruto miró con discreción a los alumnos que salían del tren. Observó como las chicas de cabello rubio y azul veían todas las tiendas con asombro mientras señalaban a todos lados, eso le generó diversión; aunque eso le duró poco cuando escuchó el grito de una mujer.

—¡Ahhhhh!, ¡Un acosador!

Naruto volteó en dirección del grito, lo que vio lo enfureció. Un hombre, con mirada lujuriosa y a la vez perdida, estaba caminando como un zombi hacia una bella mujer de cabellera larga y castaña.

—Oppai...Oppai...

El pelinegro frunció el ceño y se colocó una gorra que ocultaba la parte superior de su rostro. Corrió en dirección del zombi y lo tumbó al suelo con una llave, neutralizándolo bajo la atenta mirada de todos los transeúntes.

—¡Muy bien! ¡Vámonos, chicos!

Naruto volteó hacia los adolescentes que procedían a salir de la estación de trenes; su vista recayó en un estudiante de cabello castaño que conocía muy bien. El castaño se detuvo y se dio la vuelta, aparentemente buscando algo. Naruto se apuró en bajar la mirada para no ser visto por el joven: no quería ser descubierto, al menos no aún.

......

Naruto ahora estaba sentado en la banca de el parque Asashiyama, lejos de la estación de trenes de Kioto. Mordiendo su pulgar para extraer sangre, Naruto palmeó un costado de la baca haciendo que una pequeña cortina de humo apareciera junto a él. Del humo se podía ver una pequeña figura que no era humana.

—Tú eres... —El humo se comenzó a despejar, revelando partes de la pequeña figura —. ¡Gamatatsu! —exclamó Naruto, ojiplático al ver a un pequeño sapo de color amarillo que estaba en la banca.

—¡Hola amigo! ¿Cómo estás? —El pequeño sapo saludó con una voz chillona mientras agitaba su pata de lado a lado.

—¿Qué es lo que haces aquí si yo llamé a Gamakichi? —cuestionó confundido y a la vez asombrado. El pequeño sapo hizo lo que parecía ser rascarse la nuca antes de responder.

—Mi hermano está con papá: por eso no pudo venir.

A Naruto se le formó una gota de sudor en la nuca, pero tuvo que resignarse a su suerte —. Bien, ya que estás aquí me gustaría pedir un favor —dijo, llamando la atención de Gamatatsu —; ocupo que vigiles a estas personas. —Naruto sacó del sello de su antebrazo los documentos que le entregaron hace unos días.

Gamatatsu examinó los documentos antes de asentir —. Está bien, te ayudaré... —Naruto estaba por agradecerle, pero el pequeño sapo amarillo continuó hablando —... Pero ya sabes lo que te va a costar mi ayuda... —habló con un tono serio que solo hizo que se viera más gracioso a ojos de Naruto.

—¿Y eso sería? —preguntó divertido Naruto.

 —¡Me deberás dos chocolates!

—Je. Está bien, dos chocolates serán.

—¡Así es!

—Hmmm... Bien, trato hecho —Naruto le extendió un dedo al pequeño sapo, que lo tomo y lo agitó como un saludo de mano.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora