DxD II: ¡Llegamos a Kioto!

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[Bienvenidos a Kioto]

Un anuncio sonó. ¡Oh, oh! ¡Ya estamos llegando! A medida que el tren bala se detuvo en la plataforma. Agarramos todo nuestro equipaje y nos bajamos del tren bala.

─¡Es Kioto!

¡Este es mi primer paso en la antigua capital de Japón! A medida que nuestros ojos fueron atraídos por los lugares turísticos dentro de la estación del tren que nunca habíamos visto antes; Kiryuu nos dirigió al puesto de control de entradas.

¡El techo de la estación de Kioto está cubierto por un gran atrio! Dentro había muchas escaleras automáticas. ¡Es realmente es una gran estación de trenes! Como un destino turístico importante, es natural esta en la antigua capital se haya construido una estación en una escala tan masiva. ¡Está totalmente llena de gente!

—¡Mira, Asia! ¡Esa tienda vende cruces!

─¡Sí, sí! ¡Esas cruces son muy bellas!

Las caras de Xenovia y Asia estaban llenas de emoción. Señalando con el dedo por todos lados, comentando en cada vista. Ellas sí que están emocionadas.

—Tengo muchas ganas de construir una estación de trenes como esta en el cielo.

Por otro lado, Irina se divertía en con otras ideas.

—El punto de encuentro es el vestíbulo de la planta baja del hotel. ¡Hey, chicos! Así como Asia y Xenovia, ustedes dos e Irina, que está soñando despierta con la estación; si no llegan lo más pronto como sea posible, no tendremos tiempo para las actividades que van a haber durante la tarde.

Con el papel de coordinación, Kiryuu nos gritaba a nosotros, al trío de chicos, así como al grupo de Asia.

Al juntarnos, Kiryuu sacó la guía de viaje y confirmó la ubicación en la que estabamos

—Hmm. El hotel está bastante cerca de la estación... Ahora mismo salimos del puesto de control al oeste... Debemos caminar hasta la estación de autobuses, y luego girar a la derecha...

—Vamos, vamos a salir a la calla en primer lugar. Dando vueltas en una estación de trenes no vamos a llegar a ningún lado.

Cuando Matsuda terminó de hablar, los lentes de Kiryuu brillaron con un brillo escalofriante.

—Matsuda, perderse en un entorno extraño no es divertido. La falta de juicio en una persona puede provocar muchas víctimas.

—¡Esto no es un campo de batalla, Kiryuu!

—De hecho, Matsuda, la opinión de Kiryuu es cierta. El trabajo en equipo es importante. Vamos a dejar la guía a cargo de Kiryuu. Y quién sabe, tal vez Kioto ha comenzado a sacar sus colmillos hacia todos nosotros.

Matsuda asintió con la cabeza tímidamente y murmurar un: "Sí" como respuesta a las advertencias convincentes de Xenovia.

—¡Ahhhhh!, ¡Un pervertido!

¡Se escucharon los gritos de una mujer en la estación!

—Oppai...Oppai...

Un hombre estaba haciendo movimientos de caricias con furia, pero fue detenido por otro hombre ente los transeúntes.

—Vaya, Kioto no es tan tranquilo después de todo...

Motohama exclamó. Eso es verdad. Los pervertidos siempre van a estar presentes, no importa a donde vayas.

—¡Está bien, lo tengo! ¡Vamonos, chicos!

Bajo el liderazgo de Kiryuu, todos salimos de la estación de trenes y nos adentramos a la antigua capital del país. Aunque justo antes de salir, juraría haber sentido un par de oscuros ojos viéndome a mí y a mis amigos fijamente; un escalofrío recorrió mi columna vertebral: algo no estaba bien, me dije a mí mismo.

—¿Qué sucede, Hyoudou?

Kiryuu, al igual que los demás, me voltearon a ver. En ese instante me di cuenta de que me había quedado de pie en el mismo lugar que antes, ¿tan adentrado estaba en aquella sensación que olvidé mi entorno?

—¡No es nada! Solo estaba recordando si había olvidado algo de mi equipaje en el tren.

Mentí. Sé que mentir está mal, mucho más si es a mis amigos, pero no quiero que se preocupen solo por un mal resfriado que tuve. Tal vez no es nada y solo estoy inseguro por viajar a un nuevo lugar como lo es Kioto.

—Bueno, ¿Qué esperas? No tenemos todo el día.

Kiryuu se dio la vuelta y hechó a andar fuera de la estación siendo seguida por todos, a excepción de Asia.

—¿Está bien, Ise-san?

—Sí, no es nada.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora